Los centros educacionales en peores condiciones constructivas reciben diferentes acciones de reparación en el sureño municipio espirituano
La escuela primaria de Caracusey es uno de los planteles beneficiados por estas acciones constructivas. (Fotos: Ana Martha Panadés/Escambray)
La red escolar del municipio de Trinidad acumula un deterioro constructivo notable, con 24 instituciones evaluadas de mal o regular en lo que a este indicador se refiere. La situación comienza a revertirse gracias a la contribución territorial desde el Consejo de Gobierno en Sancti Spíritus, el cual destinó 8 millones de pesos a estas labores para ejecutar de manera paulatina.
La iniciativa, comentó a Escambray Tania Gutiérrez Fontanills, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, tuvo como precedente la rendición de cuentas de la provincia al Parlamento, durante la cual la ministra de Educación Ena Elsa Velázquez, recomendó aunar esfuerzos en función de mejorar la infraestructura de estos planteles como garantía también de la calidad del proceso docente.
Los trabajos —en un escenario económico tenso por los escasos recursos financieros y el bloqueo siempre en acecho— cuentan con el aporte de varias entidades provinciales y sus homólogas locales que mantienen sus brigadas a pie de obra para asegurar el avance de las acciones en las primeras trece escuelas beneficiadas, las cuales cuentan con poco más de 1.8 000 000 de pesos para cubrir parte de las mejoras.
Afectaciones en las cubiertas de los centros, paredes y carpintería en mal estado, además de daños en las redes eléctricas e hidrosanitarias fueron los resultados del diagnóstico preliminar que lleva a punta de lápiz Maira Fundora Liriano, directora de Educación en el sureño territorio; por lo que las acciones se han encaminado precisamente a reparar los techos, reponer puertas y ventanas de aluminio, sustituir tomacorrientes y otros accesorios, así como buscar alternativas a fin de garantizar el agua en los centros.
La mayoría de las instituciones educacionales incluidas en esta primera etapa se ubican en poblados rurales y montañosos de la localidad, aunque también se interviene en la escuela primaria República de Cuba, que tiene daños significativos en la cubierta.
De acuerdo con Fundora Liriano, el proceso docente educativo no se ha interrumpido y para ello se habilitaron aulas en viviendas de maestros y de los propios padres de los alumnos, los cuales reciben todo el programa curricular y las evaluaciones.
De manera paralela se trabaja en las comunidades identificadas como vulnerables por la agenda gubernamental y que prevé la reparación de los centros escolares; entre ellas la José Maceo en La Pastora, Mario Guerra, Victoriano Brito y el círculo infantil Sueños Marinos en Casilda, Ignacio Pérez en Polo Viejo y Juan Abrahantes en Meyer, estas dos últimas pertenecientes al Plan Turquino.
