«Me gusta mi color y estoy orgullosa de llevarlo en mi piel. No me avergüenzo de ello. Me gustan las personas por lo que tienen en el corazón y por lo que son capaces de transmitir en cada cosa que hacen, no por su color de la piel o nacionalidad. El problema lo tiene él como persona, no puede controlar su ego insaciable. No me afectó en absoluto su falta de respeto».
Así le respondió la voleibolista cubana, Ailama Cesé, jugadora por el elenco Uralochka, a Andrei Voronkov, entrenador del equipo Lokomotiv, tras proferirle el técnico un insulto racista, durante un entretiempo del partido final entre ambas selecciones de la Liga Rusa.
El colectivo de la antillana terminó en segundo lugar del evento y ella cumplió su contrato de tres años, autorizado por la Federación Cubana de este deporte, y está de regreso a casa. «Estoy feliz por lo que he logrado hasta el día de hoy, y por la persona que soy. Quiero agradecer a todo el personal del club, a mis compañeras, a los entrenadores y a quienes me han escrito preocupados, con mensajes de apoyo».
Las cámaras de televisión captaron el desagradable momento e, inmediatamente, el ministro ruso de Deportes, Oleg Matitsin, dijo que es «inadmisible cualquier muestra de racismo o falta de respeto hacia el rival, en la sociedad contemporánea no hay sitio para la discriminación por motivos de raza o nacionalidad». El dirigente exigió a la Federación Rusa de Voleibol una sanción disciplinaria para Voronkov.