Mailén Díaz Almaguer, única sobreviviente del accidente de avión en Cuba del 18 de mayo de 2018, aseguró en sus redes sociales que a pesar de los años, el dolor de la tragedia no desaparece.
“Después de cuatro años, este 18 de mayo sigue doliendo como el primer año, que EPD todos los fallecidos, mi corazón hoy está con todos sus familiares y amigos, un abrazo enorme. Gracias a Dios por mi vida, en su tiempo restaurará cada secuela que ha dejado en mi cuerpo. Mi Dios es un Dios JUSTO”, escribió en su perfil de Facebook la joven de 23 años.
El 18 de mayo de 2018 ocurrió en La Habana, uno de los peores accidentes en la historia de la aviación cubana. Un Boeing 737-200, que cubría la ruta nacional, Habana-Holguín, de Cubana de Aviación, despegó al filo del mediodía habanero, pero a los pocos segundos del despegue se precipitó en una arboleda cercana al aeropuerto.
Mailén tenía apenas 19 años cuando fue rescatada entre los restos de un avión carbonizado que Cubana había rentado a la empresa mexicana Global Air. De los 113 ocupantes del avión, solo cuatro personas, todas mujeres, fueron rescatadas con vida. Una falleció al llegar al hospital. Dos murieron en el transcurso de la semana del siniestro. Solamente Díaz sobrevivió.
“No es lo mismo hablar de algo porque oíste a alguien decirlo, que tú enseñar cicatrices porque tuviste que vivirlo”, escribió Mailén en marzo pasado tras el accidente aéreo en China, que igualmente dejó cientos de fallecidos.
Después de cuatro años, muchas cosas han cambiado en la vida de Mailén. A finales de marzo, contrajo matrimonio con Mario Jesús Rodríguez Oliva, un joven con quien mantenía una relación amorosa de meses y que comparte su misma fe religiosa.
La joven de 23 años perdió a su pareja durante el siniestro que, en mayo de 2018, provocó la muerte de 112 personas. Mailén, la única sobreviviente, ha pasado por años de operaciones hasta quedar, al parecer sin alternativas, confinada a una silla de ruedas.
El Instituto de la Aeronáutica Civil en la isla, tras un año de investigación, señaló a la tripulación mexicana como responsable del accidente.
“Fueron las acciones de la tripulación y sus errores en los cálculos de peso y balance, que conllevaron a la pérdida de control y desplome de la aeronave durante la etapa de despegue”, concluyeron.