Luego del fatídico siniestro del Hotel Saratoga un grupo de profesores de la Facultad de Artes y Letras (FAyL) de la Universidad de La Habana se sintieron muy consternados por lo ocurrido.
Quienes estaban presentes en la Facultad escucharon el ruido de la explosión y después las sirenas de las ambulancias que pasaban hacia los hospitales. Superado el desconcierto inicial y ante tanto dolor, sintieron que debían hacer algo para contribuir con los damnificados.
A través de los medios de comunicación conocieron acerca de la afectación a los inmuebles aledaños, entre ellos la pérdida total o parcial de viviendas más cercanas al hotel.
“No podíamos dejar de pensar en las personas que habían vivido la tragedia, en las heridas físicas y en el efecto psicológico que traía consigo verse en medio de esas imágenes dantescas, en cómo la situación se agravaba al voltearse y verificar que cuanto tenían desde el punto de vista material ya no estaba: habían perdido también su refugio: sus hogares, la escuela”, cuenta una profesora del Departamento de Historia del Arte quien me pide que no revele su nombre porque considera que estos no son tiempos de estar buscando protagonismos.
Entonces decidieron unirse para ayudar a aliviar las tristezas. Asegura Belkys Yaisy Zulueta, otra profesora quien es la Secretaria general del sindicato de la FAyL, que la idea surgió a partir del intercambio en el grupo de WhatsApp del núcleo del Partido Comunista de Cuba donde una militante hizo la propuesta y todos estuvieron de acuerdo.
“Desde que concebimos la posibilidad de donar, incluso antes de que lo anunciaran por las vías oficiales (radio y televisión) ya los trabajadores y estudiantes de la Facultad, estábamos organizando el proceso”.
Con el propósito de lograr un mayor alcance de la convocatoria, diseñaron carteles que socializaron a través del grupo de Telegram de la FEU Fayl y otros perfiles en las redes sociales de estudiantes y profesores.
La recogida de donativos tenía dos fines específicos: recopilar útiles escolares para los alumnos de la escuela “Concepción Arenal”, ayudar a las familias damnificadas, que están alojados temporalmente en la Villa Panamericana así como a los niños que han sido acogidos por familiares.
UNA OLA SOLIDARIA
Al llamado de la FAyL se sumaron varios artistas e instituciones. Alrededor de un centenar de personas acudieron a la Facultad: alumnos y profesores, trabajadores no docentes, representantes de la Editorial UH y del Grupo de Seguridad Informática, algunos egresados. De otras facultades llegaron hasta el edificio Dihigo estudiantes de Historia, Química, Biología y Ciencias de la Información.
El sentimiento de solidaridad y empatía con quienes sufren los efectos del accidente se extendió a médicos, integrantes del colectivo Palante, los Estudios Abdala y personas anónimas que, movidas por el deseo de ser útiles a quienes más lo necesitan, enviaron sus donativos a través del Grupo Bici-Solidaria.
“Recuerdo a un señor que llegó en bicicleta y traía a cada lado de su parrilla un maletín con donaciones. No sé quién es pero queremos agradecerle también por esta vía”, acota Belkys, quien labora en el departamento de Patrimonio.
En la FAyL se recibieron ropas, calzados, uniformes escolares, juguetes, útiles escolares (libretas, lápices, lápices de colores, acuarelas, plastilina, cartulinas, hojas, reglas, juegos de mesa, material de oficina y libros infantiles).
También se acopiaron útiles de cocina, medicamentos, alimentos, vajillas, ropa de cama, toallas, almohadillas sanitarias, elementos de aseo: jabón de baño y de lavar, pasta dental, champú y detergente.
PROCESO DE DISTRIBUCIÓN DE LO RECAUDADO
Desde el sábado 7 de mayo los profesores contactaron con el Ministerio de Educación (Mined) y, en particular, con el metodólogo que atiende el municipio Habana Vieja. También hicieron contacto con la responsable de atender los donativos por el Poder Popular, quienes viabilizaron de manera transparente la información y las vías de acceso para la entrega de las donaciones que han realizado varias instituciones.
El pasado miércoles se hizo entrega al Poder Popular de los artículos destinados a las familias damnificadas. Les explicaron que, en dependencia de la naturaleza del producto, se hace una distribución por núcleo o por persona.
“Entre todos hemos organizado un mapa más preciso de quiénes necesitan ayuda prioritaria y hacia dónde llevarla”, explica el doctor Ariel Camejo, ex decano de la FAyL.
Hasta el momento han recibido los donativos una veintena de núcleos, conformados por 78 personas (de ellos doce menores en edad, desde infantes en edad pre-escolar hasta los 17 años).
Especifica Belkys que se conformaron seis módulos de material escolar para igual número de niños de las familias que perdieron todas sus pertenencias y se encuentran alojados en el Hotel Brisas de la Villa Panamericana. Los módulos atienden al criterio de equidad y a las necesidades específicas de cada familia.
(Cortesía de profesores de la Facultad de Artes y Letras)
La entrega de los materiales escolares y los libros se está gestionando de conjunto con directivos del Mined, la escuela afectada y el Poder Popular en el territorio. Lo más recomendable, les dijeron, es esperar a que termine la reparación del inmueble, pero en estos días se repartirán algunos materiales que necesitan de inmediato los infantes y sus maestros.
De manera excepcional, el doctor Camejo, visitó a un niño que está residiendo en el municipio de Centro Habana a quien se le hizo entrega de prendas de vestir, una mochila con libros, juegos de mesa y útiles escolares. Los profesores de la FAyL conocieron la historia de ese niño a través de las redes sociales y decidieron hacerle llegar “el modulito” directamente.
La recogida de donativos tenía dos fines específicos: recopilar útiles escolares para los alumnos de la escuela primaria “Concepción Arenal”, ayudar a las familias damnificadas, que están alojados temporalmente en la Villa Panamericana, así como a los niños que han sido acogidos por familiares. (Cortesía de profesores de la Facultad de Artes y Letras)
Consideran que a quienes vivieron más de cerca la tragedia les resultará difícil el proceso de asimilación de lo acontecido. Por eso deben contar con el apoyo y acompañamiento de familias, amigos, especialistas en psicología y psiquiatría.
“Es probable que continuemos recibiendo donaciones de otras provincias y desde el extranjero de personas e instituciones que se han sumado a este noble propósito”, asegura el Doctor Ariel, quien trabaja la línea de Estudios Socioculturales.
ANTECEDENTES
La FAyL tiene una larga historia de extensión comunitaria y acciones solidarias. Con anterioridad han recogido donativos para damnificados por eventos meteorológicos, incluso a través de proyectos como “Tercer Paraíso”.
En el mes de julio de 2021, participaron en la recogida de donaciones, organizada por Universidad de La Habana, para asistir a los niños de los hogares sin amparo familiar y los hospitales matanceros en medio del pico pandémico, advierte la profesora Belkys.
Además formaron parte de la iniciativa del Grupo de Facebook “A Cuba hay que quererla”. Para los profesores fue muy gratificante esa labor porque después de un largo tiempo de aislamiento físico y social se movilizaron y reencontraron por una causa justa y necesaria.
MOTIVACIONES PERSONALES
“¿Cómo ser indiferente ante tanto dolor? La solidaridad es un aliciente, probablemente el único, ante una tragedia de esta magnitud”, expresa nuestra entrevistada que no quiere revelar su nombre pero si se sensibilizó mucho con todo lo sucedido. Solo les digo que es Máster y madre de una niña que estudia en la enseñanza primaria.
También tiene un hijo en la primaria el doctor Ariel quien asegura que cuando convocan el amor y la solidaridad, todos se movilizan rápido.
Los tres profesores que contribuyeron a la redacción de este texto son un ejemplo del humanismo que caracteriza a los docentes de la Universidad de La Habana.
“Todos los que hemos estados involucrados en este desastre, hemos sido útiles, desde el primero que llegó y prestó auxilio, los donantes de sangre, los médicos, rescatistas, bomberos, hasta el que se haya sentido motivado a donar, más si estamos en tiempos difíciles y la gente ha contribuido de manera voluntaria a aliviar el dolor de esas personas”, confiesa Belkys.
Sus palabras resumen el sentir de sus colegas: “Cuba siempre ha estado al lado de los más humildes del mundo, y esa humildad ha colocado a nuestro país en uno de los primeros lugares a la hora de prestar auxilio ante cualquier emergencia meteorológica o tragedia de un pueblo”.
