La destacada escritora cubana Sonia Rivera-Valdés, radicada desde 1966 en Estados Unidos, fue honrada el miércoles con la Distinción por la Cultura Nacional, en acto celebrado en la Casa de las Américas.
La medalla le fue impuesta por Alpidio Alonso, ministro de Cultura, y las palabras de elogio estuvieron a cargo de Jaime Gómez Triana, vicepresidente de Casa de las Américas, institución con la que Rivera Valdés –merecedora en 1997 del Premio Casa, por la obra Las historias prohibidas de Marta Veneranda– ha sostenido fuertes lazos profesionales y afectivos.
Entre otros elementos, Gómez Triana reconoció la trayectoria investigativa de la autora y recordó que, al viajar a Estados Unidos, «tomó conciencia de la discriminación que padecían afrodescendientes y latinos», y al regresar a Cuba en 1980, «realizó un balance de su experiencia».
En un coloquio organizado por la Casa, refirió Gómez Triana, la autora explicaría: «Puse de un lado de la balanza los aspectos negativos; del otro, los positivos. Ya conocía condiciones sociales tan inhumanas, fuera de los límites geográficos de esta isla, que encontré las de Cuba incomparablemente mejores, aunque lejos de ser perfectas. Me gustó que hubiera tantas mujeres, muchas de ellas negras, doctoras en medicina. Eso casi no podía creerlo al recordar la situación anterior a 1959. Hubo quien me enseñó parques y me señaló que allí se reunían más de 200 muchachos todas las noches, y ahora no quedaban ni 20: se habían ido por el Mariel. Pero yo no veía niños comiendo de los latones de basura».
En la ceremonia, la escritora destacó tres cuestiones que le son elementales: la lealtad a sí misma, la pasión por lo que se hace, y tener conciencia de que los demás existen.
Abel Prieto, presidente de Casa de las Américas, felicitó en su cuenta en Twitter a la homenajeada, a quien reconoció como «una persona excepcional».