En respuesta a una convocatoria de la Unión de Jóvenes Comunistas, y como muestra del calor humano que caracteriza a este pueblo, cientos de personas se congregaron en la tarde-noche de ayer, con motivo de una vigilia homenaje a las víctimas del accidente acaecido en el hotel Saratoga, a la que se sumó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y altos representantes del Estado y del Gobierno.
El habanero Parque de la Fraternidad acogió el emotivo acto de solidaridad que acompañaron de corazón, también, millones de cubanos, quienes durante la última semana han seguido, minuto a minuto, el arduo trabajo para rescatar de los escombros hasta el último ser humano.
El Presidente, autoridades, representantes de las instituciones vinculadas con las labores de auxilio, familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y pueblo en general, llevaron flores, velas y un último adiós hasta las fotos de los fallecidos, ubicadas en el lugar. A esas muestras de amor se unieron también las de quienes brindaron sus respetos a los que sufren la irreparable pérdida de un ser querido.
Esta vigilia coronó toda una serie de iniciativas solidarias protagonizadas por un pueblo que, desde las primeras horas, se movilizó para brindar su sangre a los heridos y lesionados, y que aún promueve donativos para las familias que residían en las viviendas destruidas.
Por el concepto de hermandad que tanto respetamos como nación, en los hogares cubanos se encendieron luces de acompañamiento al dolor, que a nadie le es ajeno, y un minuto de silencio sirvió de lejanas condolencias ante la imposibilidad del abrazo presencial.
No podía ser de otra manera porque, entre los incontables valores que atesora este pueblo, el de la solidaridad es, sin duda, uno de los más preciados.