Escoger la profesión que proporcionará el sustento económico para la vida y con la cual te identificarán, es una de las decisiones más difíciles que enfrentan los seres humanos en el inicio del camino hacia su periodo laboral.
Si a ello se suman la entrega y el amor que deben profesarse al practicar cualquier obra humana, la complejidad aumenta en demasía, aunque existen personas como Mercedes Delgado Sánchez, de las que cualquiera pensaría que la vocación la traen en el ADN.
Nacida el 24 de septiembre de 1967 en la ciudad de Matanzas, para familiares, vecinos y amigos la niña Mercedes se erigiría como continuadora de la carrera de Medicina al tener en el hogar a su padre Eugenio, reconocido médico de la comunidad.
“Todos pensaban que estudiaría Medicina; sin embargo, al cursar noveno grado en la secundaria básica Manuel Sanguily conocí sobre un círculo de interés dedicado a la enfermería en el cual me apunté y ahí comenzó todo.
“En 1982 comienzo en el politécnico de la salud 27 de Noviembre el técnico medio en Enfermería, y roté durante las prácticas por el hospital José Ramón López Tabrane, bajo la guía de la profesora Yolanda Galú, quien me fortaleció el amor al trabajo con el paciente, sobre todo con los encamados.
“Me gradué en 1985 y tuve la posibilidad de vincularme en 1987 con el quehacer de una sala de terapia intensiva que por vez primera se creaba en el territorio, y a la par desarrollé un estudio de posbásico en el trabajo con pacientes quemados.
“Atender a quienes sufren quemaduras es delicado, hay que limpiar zonas sumamente sensibles pues son personas muy susceptibles con largo tiempo de recuperación, es preciso analizar la evolución dermatológica y aunque hay altos riesgos de muerte, la posibilidad de rehabilitación es una realidad muy bonita”.
Delgado Sánchez comentó que en 1995 se creó en la provincia la Clínica de Medicina Natural y Tradicional, en la cual laboró antes de cumplir misiones internacionalistas en Gambia y Timor Oriental.
“Al regresar, me incorporé en el año 2006 a la Dirección Provincial de Salud en Matanzas, donde laboré en el departamento de Medicina Natural y Tradicional y asesoré también el Programa Materno Infantil desde el área de enfermería”.
Fanática a la música de los Van y Van, Mercedes explicó que desde 2018 la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas (UCMM) es su nuevo hogar, al ejercer como coordinadora del laboratorio de investigaciones biomédicas. “Con el paso del tiempo se asumen otras responsabilidades, amo el acercamiento a los pacientes y es algo que no olvido, pero también siento lo mismo por impartir docencia.
“Cuando el 12 de mayo del 2021 el rector de la UCMM me dijo que podía ser la primera persona en poner el brazo que recibiría la inoculación contra la COVID-19 en la institución, el orgullo fue enorme, fue un momento inolvidable”.
Mercedes Delgado Sánchez reconoce en sus 37 años como enfermera todo lo que quiso lograr en la vida, pues, aglutinan dedicación, amor y vocación. Afirma, con su sonrisa característica, que la enfermería la hizo una mujer realizada.
(Con información de la ACN)