La temporada ciclónica de 2022 en la cuenca del Atlántico tropical pudiera ser la séptima consecutiva en registrar un número de organismos nombrados (reciben denominación una vez alcanzada la fase de tormenta tropical, con vientos máximos sostenidos entre 63 y 118 kilómetros por hora) por encima del promedio histórico.
Según el pronóstico estacional emitido por especialistas del Instituto de Meteorología, al cual Granma tuvo acceso, se vaticina la formación de 17 ciclones tropicales para toda esa área, que comprende también el Golfo de México y el mar Caribe. Nueve podrían alcanzar la categoría de huracán.
Del total de ciclones previstos, 12 deben surgir en aguas del Atlántico, tres en el mar Caribe y dos en el Golfo de México, mientras que la probabilidad de que Cuba sea afectada al menos por uno de estos sistemas es alta, con un 85 %.
En cuanto a los huracanes, el peligro de recibir el impacto de al menos un organismo ciclónico de esa categoría también es elevado (60 %).
Como reseña el pronóstico, la presencia de temperaturas del mar más cálidas de lo normal en la franja del Atlántico norte y el Caribe (patrón que, al parecer, predominará en los próximos meses), unido a la persistencia de condiciones oceánicas y atmosféricas consistentes con la existencia de un evento La Niña/Oscilación del Sur (Aenos), que se prevé que transite hacia un estado débil durante esta temporada ciclónica, y las anomalías observadas en los patrones circulatorios en la troposfera baja y media, hasta los seis kilómetros de altura en los meses de enero a abril, son indicadores premonitorios de un comportamiento activo.
Desde 1996, el Instituto de Meteorología se sumó al reducido grupo de centros investigativos del mundo que emiten pronósticos estacionales sobre la actividad ciclónica, a partir de un método sinóptico estadístico creado por los doctores en Ciencias Maritza Ballester Pérez (fallecida hace unos años), Ramón Pérez Suárez y Cecilia González Pedroso.
Resulta oportuno resaltar que los pronósticos estacionales tienen el valor científico de profundizar en el conocimiento de los factores oceánicos y atmosféricos que inducen al surgimiento de un mayor o menor número de ciclones, ofreciendo así una visión aproximada de cuantos sistemas tropicales pudieran desarrollarse en toda nuestra área geográfica de interés.
Pero hasta ahora, ninguno de los aplicados tiene la capacidad de precisar con antelación cuándo y por dónde, específicamente, pasará un ciclón.
Lo esencial radica, entonces, en prepararse para la llegada de la temporada ciclónica (comienza el 1ro. de junio y termina el 30 de noviembre) y trabajar de manera preventiva en la reducción de vulnerabilidades, que acentúen la magnitud de las afectaciones.
FUENTE: INSMET