Lienzografías, algunas máscaras, cerámicas esmaltadas y una instalación de una máquina de coser, piezas todas cargadas de gran simbolismo, se pueden apreciar en la galería Carmen Montilla del Centro histórico habanero como parte de la muestra personal Degustación de Martha Jiménez, la artista camagüeyana y universal.
Son las mujeres un tema recurrente en la poética de esta creadora egresada de la Escuela Nacional de Arte. Es que Martha siempre ha sido una gran observadora del mundo femenino que la rodea. Revela que todo comenzó al ver cómo su abuela se reunía a conversar con sus amigas pero la plática terminaba en cuanto el abuelo llegaba a la casa.
Parte de esa sicología de la mulata, sandunguera, parlanchina, que se debate entre el espacio íntimo de lo doméstico pero también trata de imponerse en el ámbito de lo creativo e intelectual, está presente en sus personajes que parecen volar con sus casas a cuesta.
El suyo es un discurso de género muy provocador. Así lo calificó el desaparecido doctor Eusebio Leal Spengler, eterno Historiador de La Habana, quien dijo que Martha ha sabido reconocer el papel de la mujer en el arte universal y cubano.
Fue precisamente Eusebio quien la invitó, en 1998, a exhibir su proyecto de esculturas en la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. La artista también tiene mucho que agradecerle a la Oficina del Conservador de Camagüey.
Explica Martha que Degustación empezó a gestarse en medio de la pandemia de la Covid-19 cuando ella estaba recuperándose de una intervención quirúrgica. Aún convaleciente no dejó de trabajar en sus platos de cerámica esmaltada y así surgió el nombre de la muestra porque, para ella, Degustación no es solamente el acto de probar los alimentos. Se puede degustar con el alma, con la vista y sentir placer.
La exposición se exhibió primero en la Casa de la Diversidad Cultural de la urbe agramontina y luego Martha recibió una invitación para traerla a La Habana. Ella la dedica a la memoria del inolvidable amigo Eusebio que tantas veces la visitó en su taller en Camagüey.
Son las mujeres un tema recurrente en la poética de esta creadora egresada de la Escuela Nacional de Arte.
SUPO IMPONERSE EN UN MUNDO MASCULINO
Grabadora, pintora y ceramista, Martha ha logrado imponerse en el mundo de la escultura, una de las técnicas más fuertes al decir de Eduardo Roca (Choco), Premio Nacional de Artes Plásticas 2017 quien la reconoce como una de las grandes escultoras cubanas de las últimas décadas.
Confiesa Martha que cuando estudiaba esa especialidad, a la hora de hacer tallas en madera los profesores siempre les daban los troncos más chiquitos a las mujeres porque las veían más frágiles. Ella decidió vengarse haciendo grandes esculturas.
A su autoría se deben la Santa María del Puerto del Príncipe, El vigía y los conjuntos escultóricos de la Plaza del Carmen, ejemplo elocuente de arte público y participativo. Un taburete vacío frente al grupo coral del tríptico bautizado por los pobladores del barrio como Las Chismosas, invita al caminante a sentare frente a ellas e interactuar con las piezas.
De igual manera, inmortalizó en una estatua al lector del periódico y a José Rodríguez, el conserje del convento de las Ursulinas, conocido como el Matao, que recorre la Plaza con sus vasijas de barro en una carretilla.
Me gusta coser a máquina, confesó la artista. Esta instalación se integra al discurso feminista de la exposición.
Ahora Martha se encuentra inmersa en un proyecto monumental. Se trata de una escultura de 1 metro 80 de alto, plena de volúmenes complejos, con la cual rendirá homenaje a los 120 años del natalicio del Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén (10 de julio de 1902-16 de julio de 1989). En opinión de la escultora esta es una deuda que tenía la ciudad con uno de sus hijos más ilustres.
Comenzó a trabajar en el mes de enero en ese retrato de cuerpo entero, con una visión muy personal que representa a un Guillén de 60 o 70 años de edad. La pieza está ya en fase de modelado y debe ser entregada a finales de este mes de mayo para vaciarla en yeso y luego fundirla en bronce en la Fundación Caguayo, de Santiago de Cuba.
La escultura será emplazada en la céntrica calle Ignacio Agramonte de la Plaza de los Trabajadores. Explica Martha que tuvo el privilegio de ver a Guillén caminando por esa arteria frente a la casa de El Mayor y siempre tuvo el sueño de perpetuar ese momento para la posteridad.
Estos platos cerámicos esmaltados fueron los que dieron origen al nombre de la muestra Degustación.
