Cienfuegos, 26 abr (ACN) Los primeros niveles de harina de yuca para el consumo humano se produjeron en la mini industria, de tecnología colombiana, montada en la empresa agropecuaria Horquita, del municipio de Abreu, provincia de Cienfuegos.
Enclavada en la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Antonio Maceo, la pequeña planta tiene capacidad para dos toneladas diarias, en un proceso capaz de refinarla y tornarla óptima, para usar mezclada con sus similares obtenidos a base de trigo.
Modesto Rodríguez, presidente de la CCS, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que luego de su puesta en marcha, ahora las producciones son más estables, y con la evaluación del Ministerio de la Industria Alimentaria y de Salud, obtuvieron los certificados del producto y la licencia sanitaria para vender.
Agregó que tributaron el surtido al municipio de Abreu, donde utilizan 70 por ciento de harina de trigo y un 30 por ciento de la nueva fécula de yuca, en la elaboración de pan, a fin de comprobar si en ese porcentaje resulta idóneo.
También capacitarán a otros productores de dulce en esa localidad para insertarlos en el uso del novedoso almidón, indicó Rodríguez.
Dijo que la industria, con un valor aproximado de 100 mil euros, además procesa alimento para consumo animal, porque al final del molino dispone de un módulo capaz de separar los desechos, cáscaras y restos del proceso en una mezcla para los cerdos y las aves.
Aseguró el presidente de la CCS que la materia prima está garantizada no solo en la cooperativa Antonio Maceo, sino con el apoyo de otros productores de la empresa, la cual sin dejar de tributar a placitas y agromercados sostiene a la mini industria.
Según las pruebas efectuadas allí las mejores variedades para la industria son las llamadas 80+1 y la Y-4, con las cuales obtienen un gluten de primera calidad para sustituir importaciones al país.
Víctor González Vila es productor de la CCS Wilfredo Cabrera, en Abreu, y uno de los suministradores de la materia prima a la pequeña fábrica.
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Con dos hectáreas plantadas de la vianda, envió un volumen considerable para procesar y verificar si tiene buen rendimiento.
Para Osmany Urra, operador de la planta, allí ya hay una rutina productiva porque reciben el renglón viandero y se deposita en la máquina beneficiadora, y luego en un segundo equipo las pelan y lavan.
Más tarde la materia prima es procesada en la picadora, para ser enviada a la cámara de secado, donde debe permanecer entre ocho y nueve horas.