Funcionarios de los Estados Unidos y Cuba se reunirán el jueves en Washington para discutir sobre migración. Estas serán las conversaciones formales de más alto nivel entre ambos países desde que el presidente Joe Biden asumió la Presidencia en el 2021.
La ronda de conversaciones ocurre en un momento en que Estados Unidos enfrenta el arribo sostenido de cubanos a su frontera sur.
“Yo creo que tiene importancia para ambos gobiernos. Primero, Estados Unidos tiene más de 70 mil personas que han cruzado en lo que va del año fiscal la frontera sur”, indicó el periodista e investigador bibliográfico Julio Aleaga Pesant.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos en los últimos seis meses se detuvo a 79.800 cubanos en la frontera terrestre.
“Estados Unidos también tiene el problema de los excluibles que quiere repatriar y Cuba ha dicho que no y también creo que los Estados Unidos debe sopesar abrir, nuevamente, una oficina de refugiados debido al alto nivel de violaciones de los derechos humanos y juicios que se han llevado sin el debido proceso y en este sentido la Casablanca ha manifestado en reiteradas veces su preocupación”, apuntó Aleaga.
La delegación cubana estará encabezada por el vicecanciller, Carlos Fernández de Cossío.
“Al gobierno cubano, lo que más le interesa es el tema del embargo y que los Estados Unidos de veinte mil visas nuevamente y quisiera, estoy convencido, que parte importante de las gestiones consulares, que ahora se están haciendo en Guyana u otros países de Centroamérica o del Caribe regresen al suelo cubano”, dijo el comunicador.
Las autoridades cubanas culpan a los Estados Unidos por el alza de la migración irregular luego que la Administración de Donald Trump diera un giro completo a la política de acercamiento entre ambas naciones iniciada por su predecesor Barack Obama y cerrara la sección consular en La Habana.
Asimismo, afirman respaldar una migración “ordenada y segura”, en tanto, miles de personas abandonan el país después que Managua, cercano aliado de La Habana, descartara el requisito de visado para los cubanos a fines de 2021.
“Las conversaciones creo que responden a un sentido de urgencia de seguridad nacional por parte de los Estados Unidos. Este es el mayor éxodo que, digamos, podamos ser testigos en todos estos años en Cuba; sobre todo por la dinámica, el ritmo, la cantidad y al mismo tiempo la amplitud de representación demográfica que está emigrando ahora mismo”, señaló el analista y activista político Manuel Cuesta Morúa y agregó:
“Es obvio que el gobierno cubano sigue con lo que se ha convertido en una política de Estado: exportar socialmente su propia crisis, vaciando demográficamente el país. Eso indica algo muy serio, entre otras cosas porque hay lo que yo llamaría un daño añadido. La mayoría de los que van a emigrar, o están en proceso de emigración, son la gente que se asocia con la nueva sociedad del conocimiento, que sabe cómo se gestiona la sociedad y la economía actuales. Y eso es insustituible. Las generaciones de más de 50 o 60 años no están en capacidad de llenar ese vacío”, detalló el especialista.
“Refleja, en todo caso, un Estado que no tiene su fundamento en la nación cubana, sino en el poder de un grupo sobre el Estado y sobre la nación. Entonces, poco le importa este flujo migratorio, de hecho, lo han estimulado para seguir fundamentando esa estrategia económica de que los cubanos salgan del país y mantengan a su familia y también al poder. Es lo que yo llamo el modelo de economía ‘cínica’ en la cual expulsa a una parte de la nación, para vivir de ella cuando envíe remesas y seguir construyendo su poder”, recalcó Cuesta Morúa.
Los cubanos prefieren irse antes que cambiar el sistema, destacó la activista spirituana, Aymara Peña: “Cambiar el sistema se ha vuelto como un imposible para muchas personas y el gobierno se ha encargado de sembrar esa idea, de que ellos son inamovibles y el que se enfrente a ellos paga con graves consecuencias que afectan, además, a su familia”.
“Pienso que los cubanos se sienten solos en la búsqueda de ese fin. La prueba es las largas condenas a los manifestantes del 11 de julio y el mundo no ha hecho nada. La comunidad internacional y los países democráticos han dejado muy solas a las personas que intentaron cambiar la realidad en Cuba”, lamentó Peña.
“Por eso, este éxodo masivo, los cubanos se arriesgan con la esperanza de que el futuro podría ser positivo, inmediato, prefieren irse y ver ese futuro alcanzado por sus propias manos y no esperar a cambiar el sistema porque no creen que puedan hacerlo”.
“Se necesita mucho valor para salir de Cuba y dejar atrás muchas cosas importantes y enfrentarse a coyotes, a un largo camino, a la muerte, a los riesgos que tiene emigrar de Cuba de manera ilegal, los peligros del mar y las muertes que ha ocasionado, sobre todo el terror que tiene en el imaginario de muchas personas dentro de la isla por el dolor que ha ocasionado a muchas familias”, concluyó la activista.