La Habana, 18 abr – El colectivo del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) busca opciones en medio del cruel bloqueo de EE.UU. para continuar prestando un servicio de excelencia con programas, únicos de su tipo en el mundo.
Esa política genocida, recrudecida en los últimos años con 243 medidas más, que mantienen los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos a Cuba por más de seis décadas, ha hecho más competentes a los científicos de esa institución, fundada por el Comandante en Jefe Fidel Castro hace 33 años
En conversación exclusiva con la Agencia Cubana de Noticias, el doctor Héctor Vera Cuesta, director general del CIREN manifestó: “el bloqueo lo vivimos y lo palmamos aquí con déficit de recursos pero nos ha hecho más inteligentes, más sensibles, más humanos, y mayor reconocidos internacionalmente como un pueblo de resistencia”.
Con determinadas firmas se ha dificultado encontrar los gastables tecnológicos que no pueden vender porque se arriesgan a enfrentar demandas, ejemplificó el especialista en Neurología.
“Diariamente sufrimos esta política genocida desde que nuestros pacientes extranjeros han buscado alternativas de vuelo, o a la hora de pagar lo han tenido que hacer por transferencia con determinados bancos y además se les obstaculiza el uso de las tarjetas aquí por toda la persecución financiera”, remarcó el director general de ese centro.
Cuba ha enfrentado hace más de seis décadas el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos, siendo el sistema de sanciones más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno, que tiene un alto impacto en la salud de la población cubana.
Muestra de ello es que al país se le niega el derecho de adquirir tecnologías, materias primas, reactivos, medios diagnóstico, medicamentos, dispositivos, equipos y piezas de repuesto necesarios para el mejor funcionamiento de su Sistema Nacional de Salud, los cuales tienen que obtenerse en mercados más lejanos o a través de un tercer país, con un incremento en los costos.
Otro impacto negativo de este cerco en la atención a la salud es que las tecnologías de procedencia estadounidense o con más de un 10 por ciento de componentes de Estados Unidos, no pueden ser adquiridas por la mayor de las Antillas, precisó el experto.
“Somos médicos que no nos cansamos, no buscamos excusas, tratamos de encontrar soluciones a los problemas”, enfatizó el director de esa institución que goza de reconocido prestigio en el planeta.
Mediante programas que han surgido en esa clínica, desde su apertura se han atendido a más de 12 mil pacientes de 98 países de los cinco continentes, refirió.
Además del área de servicio, compuesta por cinco grandes clínicas, el CIREN cuenta con un centro de investigación donde se generan indagaciones que contribuyen al desarrollo de la asistencia médica.
Las grandes ideas fundacionales de Fidel son las que hemos estado defendiendo estos 33 años y seguiremos en esta línea, adaptándonos y repensándonos en las nuevas circunstancias y los tiempos actuales, pero sin perder nunca el pensamiento del Comandante en Jefe, en esta que fue también su obra, concluyó el director del CIREN.