Amable, solícito, modesto en su erudición, el escritor, ensayista, investigador, guionista de cine y editor cubano Ambrosio Fornet falleció hace unos días en La Habana dejándonos un vacío muy difícil de llenar por aquella lucidez que lo convirtió en uno de los más admirados intelectuales del panorama nacional cubano.
El presidente de la República Miguel Díaz Canel expresaba con toda justicia en un twit que “sobre años grises él puso luces que le sobrevivirán”. Y es que Fornet fue quizás el mejor analista de ese período infortunado para escritores y artistas de la Isla que él denominó quienquenio gris y que se extendió desde los setenta del pasado siglo hasta 1976 con la creación del Ministerio de Cultura.
Aunque su obra narrativa de ficción es breve (solo algunos cuentos que no dejan de ser atendibles) su labor como ensayista lo hizo acreedor del Premio Nacional de Literatura en 2009 y aún provoca encendidas polémicas por sus opiniones originales y a veces nada complacientes que lo colocan en un lugar cimero en el género.
El realismo socialista —la literatura como pedagogía y hagiografía, orientada metodológicamente hacia la creación de “héroes positivos” y la estratégica ausencia de conflictos antagónicos en el “seno del pueblo”— producía en nosotros, mis amigos pequeñoburgueses y yo, la misma reacción de quien se encuentra una mosca en el vaso de leche”. (Tomado de “El quinquenio gris: revisitando el término”, IPS Cuba, Enfoques, No.3, febrero de 2007)
Ambrosio Fornet
Pero sobre todo su labor en el campo de la edición hizo de él un sujeto imprescindible en el mundo poligráfico cubano al incorporarse desde muy joven a esas labores acercando a las vanguardias de la literatura universal al lector cubano.
Asimismo fue quizás la primera persona en realizar la relectura y recuperación de los autores cubanos de la diáspora, especialmente de los residentes en Estados Unidos, contribuyendo de esta manera a incorporarlos al corpus de la literatura cubana.
Su obra más ambiciosa fue El libro en Cuba en el que aborda el desarrollo de la imprenta, su base económica, los problemas de producción, circulación y recepción del libro entre los siglos XVIII y XIX; aunque no hay que olvidar su antología de la cuentística cubana de la República titulada En blanco y negro que es canónica para comprender ese período de la narrativa cubana.
Ambrosio Fornet nació en 1932, en Veguitas, Bayamo, pero fue un hombre esencialmente cosmopolita realizando estudios de literatura norteamericana en la New York University y de Cultura Hispánica en la Universidad Central de Madrid entre 1957 y 1959.
Durante veinte años fue editor del Ministerio de Educación, la Editora Nacional y el Instituto Cubano del Libro y presidió el Consejo Editorial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en donde tuve el privilegio de escuchar de su boca las acertadas valoraciones que realizaba para conformar el catálogo de Ediciones Unión.
Le fue otorgado el Premio Nacional de Edición en 2002 y poseía al morir múltiples condecoraciones otorgadas por el Ministerio de Cultura y el Consejo de Estado de la República de Cuba.
El deceso de Ambrosio causó hondo pesar entre los escritores cubanos a los que siempre ofreció consejo y para quienes las puertas de su casa siempre estuvieron abiertas.
Como dijo en su twit el presidente de la Casa de las Américas Abel Prieto, Ambrosio Fornet se mostró “siempre generoso, siempre agudo, siempre ayudando a los jóvenes.
Es por ello que su memoria la guardaremos en un sitio muy especial de nuestras vidas como se guarda la de un padre o la de un maestro. Uno de los más inteligentes y sabios de la historia de nuestra cultura”. (2022)