Desde el triunfo de la Revolución en 1959, la máxima dirección de nuestro país comprendió que, para llevar adelante el proceso revolucionario, había que, junto al desarrollo de la economía, desarrollar la cultura. Por eso, entre las acciones que impulsó estuvo la de la conservación, la restauración, el rescate y la promoción de nuestra memoria histórica.
Después de 60 años, nuestro país puede mostrar con orgullo que, aun cuando subsisten dificultades y no se ha logrado llevar a cabo en todos los territorios una labor de «rescate profundo», somos de los países del Caribe insular que más sitios tenemos incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad.
Para abundar en el tema, conversamos con Nilson Acosta Reyes, presidente de la Comisión Nacional de Monumentos y vicepresidente del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura.
–¿Qué requisitos debe cumplir un bien o un sitio para ser incluido en el listado de Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad de la Unesco?
–Lo primero que hay que conocer es que la condición de Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad hace referencia a los bienes que, por su valor universal excepcional, han sido incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Ahora, para que un bien esté inscrito en esta lista debe cumplir un grupo de requisitos, entre ellos: que el Estado sea signatario de la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural (Cuba es signataria desde 1981); el bien propuesto debe previamente haber sido presentado por el Estado parte en la Lista Indicativa Nacional (paso previo de preselección elaborada por cada país); demostrar al menos uno de los criterios de valor universal excepcional que establece la Convención (en el caso de los bienes culturales, son seis criterios, y uno de ellos, el sexto, no es suficiente, debe estar acompañado de otro); demostrar autenticidad e integridad en los atributos en los que descansa el valor universal excepcional, y contar con un plan de gestión.
–¿Si un país quisiera que uno de sus sitios o bienes fuera incluido en esta lista, no bastaría solo con las intenciones de que sea incorporado en ella?
–No. Aun cuando un sitio o bien sea un conjunto excepcional, con valores históricos y arquitectónicos que ostente inclusive la condición de Monumento Nacional, para ser incluido en la Lista Indicativa Nacional tiene que cumplir rigurosamente con todos los requisitos. Hacer una restauración significa que hay que realizar una correcta conservación, lo que implica que tiene que contar con la integridad de todos sus atributos. Esto garantiza su autenticidad y tendrá que tener un plan de gestión que garantice su conservación en el tiempo, que sea efectivo, que incluya los recursos humanos, financieros y materiales que requiere.
«Si para salvar una edificación que ha perdido alguna parte de su conjunto se recurre a ponerle una que no sea la original, pero que al menos detiene el deterioro, que de alguna forma contribuye a salvar el monumento, como Comisión estamos de acuerdo, pero de ahí a que ese monumento aspire a ser Patrimonio de la Humanidad va un buen trecho, pues está claro que, si no se demuestra su autenticidad, no puede optar por la nominación. Otra cosa sería si se lograra hacer con los materiales originales, lo cual es algo difícil».
–Recientemente se dio a conocer que el Presidio Modelo, ubicado en el reparto Juan Delio Chacón, a cuatro kilómetros de la ciudad de Nueva Gerona, aspira a ser valorado como Patrimonio Mundial. ¿Es así?
–En el caso del Presidio Modelo, a pesar de ser un conjunto excepcional, con valores históricos y arquitectónicos (es Monumento Nacional), no se encuentra en la propuesta de Lista Indicativa Nacional por su estado de conservación. El estado de deterioro de las obras que lo integran pone en riesgo la integridad de sus atributos. Tampoco tiene un plan de gestión que garantice su conservación en el tiempo, además, se requiere profundizar en el análisis de los criterios que fundamenten su valor universal excepcional. En la actualidad se encuentra en la lista de monumentos amenazados, y el territorio ha comenzado acciones para su recuperación.