Holguín.-Si en 2021 las llamas no afectaron el barrio situado en la salida a San Andrés, en la capital provincial, fue gracias a la trocha cortafuego abierta por José Ochoa Ramírez y Flor María García en la finca forestal El Gavilán, que fundaron durante 2008.
El obstáculo que encontró el siniestro es parte de lo hecho por la pareja en las 40 hectáreas de la estancia para conservar la vegetación autóctona de la zona –charrascales que ascienden por las laderas de la emblemática loma de El Fraile– y las especies maderables y frutales sembradas por ambos en todos los espacios posibles, sobre todo en los cañadones.
Plantar marañón no fue casualidad. Los especialistas en Silvicultura les comunicaron que se puede emplear como barrera verde, razón por la que una cantidad considerable de las matas dañadas por el incendio se recuperará paulatinamente. Pero Flor, quien no cree en adversidades, prepara condiciones para crear viveros con posturas de la misma especie, además de mango y guanábana. Tampoco deja a un lado el fomento del gavilán, la planta maderable que mejor se da aquí, y de la cual la finca tomó el nombre.
En otro extremo de la ciudad, al fondo del barrio Villa Nueva, a la vera de la carretera al Valle de Mayabe, se encuentra la finca denominada El Marañón. Su surgimiento y desarrollo en 24 hectáreas, proceso conducido por Jorge González Silva y su familia, marcó la desaparición de unas 70 viviendas ilegales y la recuperación de un espacio del aún insuficiente pulmón verde de la ciudad de Holguín. Caminar por ella significa encontrarse con gran cantidad de árboles de la fruta que dio origen a su nombre, así como de tamarindo, ciruela, naranja y mandarina, entre otras variedades.
COMPARACIÓN NECESARIA
En la periferia de la ciudad de Holguín existen 36 fincas forestales, explica Ernesto Tamayo Reyes, director técnico productivo de la Empresa Agroforestal Holguín.
«Comenzamos con ocho, allá por 1996, después de las indicaciones del General de Ejército Raúl Castro Ruz para restablecer la vegetación en las elevaciones que circundan la capital provincial. A ese movimiento de transformación se le conoció como Programa de las colinas verdes».
Posteriormente, aclara, la Empresa dio indicaciones de extender la experiencia a los nueve municipios que abarca, y hoy cuenta con 107 establecimientos de ese tipo, con un total de 5 343, 6 hectáreas, en las que han encontrado empleo 586 personas.
«Cuando echamos a andar el programa había un grupo elevado de incidencias negativas en las áreas forestales. En los sitios más cercanos a la capital de la provincia existían varios vertederos; el logro de las plantaciones se comportaba entre un 20 % y 30 %; ocurría la tala indiscriminada de áreas boscosas; se reportaban de diez a 12 incendios forestales por año, con afectaciones a 200 o 250 hectáreas, como promedio, y se había disparado la construcción de asentamientos poblacionales ilegales en la periferia de la ciudad.
«Sin embargo, donde las fincas forestales han cumplido su cometido fue posible la eliminación de microvertederos en espacios que hoy están reforestados; se logró en el 90 % de las plantaciones un 85 % de supervivencia; cesaron las talas furtivas y disminuyó la ocurrencia de incendios forestales de cinco a seis por año, con un reporte de daños en 25 o 30 hectáreas. A la vez, se han eliminado construcciones ilegales de viviendas y fueron aplicadas medidas de conservación y mejoramiento de suelos».
RETORNO CON MÁS BRÍOS Y MEJORAS
Hoy, asevera, está en marcha un grupo de acciones para consolidar las fincas forestales existentes. Así transcurre la preparación de las inversiones correspondientes a 2023, que prevén labores de mantenimiento y reparación de las viviendas deterioradas por el paso del tiempo, lo que será acompañado de la construcción de nuevas casas en los sitios donde antes no fue posible.
Cada paso tiene en cuenta el uso racional de los recursos financieros y materiales disponibles, de ahí que el salto cualitativo se extenderá más allá del presente año.
Esta vez se trata de llevar electricidad a todas las fincas, situación que no ocurrió en la etapa inicial e hizo que algunos finqueros renunciaran a sus responsabilidades y se marcharan con sus familias, comenta Maikel Leonel Michel Flores, funcionario que responde por el uso y desarrollo del programa energético en la empresa.
«Como hay algunas en las que no existen posibilidades de conexión con la red del Sistema Eléctrico Nacional, se ha hecho, de conjunto con los especialistas de la provincia en fuentes renovables de energía, un estudio para instalar paneles solares y los equipos que los acompañan, los cuales se gestionan a través de una empresa extranjera. De igual forma, para la extracción de agua de los pozos hemos previsto montar molinos de viento».
Estima que, a finales de este año o a principios del próximo, podría ser posible concretar el propósito en el municipio de Holguín, en las fincas La Yaya, La Vaina y La Caoba.
Pero los proyectos son más amplios y hacia 2030, según un diagnóstico objetivo, la relación de fincas forestales crecerá bajo el principio básico de otorgar protagonismo laboral al finquero y a su familia. No habrá una meta fija, porque la idea es llegar a las que se pueda, a partir de las características de cada lugar, la disponibilidad de personas que acepten laborar en función del fomento del patrimonio forestal y la creación de condiciones materiales apropiadas.
NO «SEMBRAR» IMPROVISACIONES
Todo lo que se haga, explica Ernesto Tamayo, estará signado por el plan de manejo forestal. Si las áreas están totalmente reforestadas, lo esencial será la reconstrucción del bosque, su limpieza y demás acciones de tratamiento, además de medidas contra incendios, entre ellas la realización y el mantenimiento de las trochas cortafuego.
«Habrá otras que tendrán áreas boscosas y áreas que necesitan reforestación, lo cual requerirá de mayor trabajo, porque habrá que combinar el mantenimiento de lo plantado y la siembra donde faltan árboles.
«Creemos que la mayoría no debe pasar de las 40 hectáreas, para que sean debidamente manejadas. Como la realidad rompe las reglas, es probable que en algunos casos tengan mayor extensión. En estas, si el finquero y la familia no dan abasto, para facilitarles las tareas, la empresa les podrá incorporar fuerza de trabajo, mediante contrato y previa evaluación».
No hay improvisación en las labores. Por ejemplo, recuerda, en el municipio de Holguín, donde muchas formaciones boscosas están compuestas por charrasco, en suelos con poca capacidad efectiva, es decir, menos de 18 centímetros de capa vegetal, se orienta seguir plantando frutales, entre ellos tamarindo y marañón. En lo que respecta a las especies maderables, la prioridad la tienen el gavilán y la acacia.
Sobre esta última, detalla que se trata de la especie mangium, planta melífera, que, además, aporta nitrógeno al suelo y se emplea para madera rolliza y en la industria. Nunca han sembrado la acacia espinosa, perteneciente a la familia de las leguminosas y considerada una planta invasora, igual que la leucaena, que fomentaron en una época por indicaciones hoy olvidadas.
En los suelos más profundos, en general, siembran cedro. Al mismo tiempo, el roble lo recomiendan para la zona de Antilla, mientras que la caoba, en particular la hondureña, y el algarrobo indio, para los territorios de Banes y Calixto García. O sea, habla de plantas exóticas que soportan los efectos del cambio climático.
Con el fin de buscar mayor disponibilidad de alimentos, en las fincas en proceso de consolidación, y en las que surjan, está previsto crear módulos pecuarios, sin que esto sea una camisa de fuerza, una vez que se ha orientado analizar las peculiaridades de cada una.
En El Marañón, según lo apreciado por este diario, ya existen las dos primeras naves que darán origen a la cría progresiva de ovejos, conejos y aves que se alimentarán, fundamentalmente, con pastos y otros alimentos provenientes de cosechas propias y de otras fincas forestales del municipio.
Para Jorge González, el finquero que cree que hay mucho potencial por hacer realidad, es importante triunfar en ese empeño, porque, además de comercializar carne con la empresa, lo cual se sustenta en la experiencia de hacer lo mismo con parte de las producciones de viandas, frutas y vegetales obtenidos en las áreas de autoconsumo, existe el propósito de mantener determinados suministros a instituciones médicas, entre ellas el cercano Hospital Provincial Clínico-Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín.