El ordenamiento monetario absorbió el año, acompañado por una reforma de salarios y pensiones y una reforma de precios y subsidios, en un proceso de transformaciones que no ha concluido.
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
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Cuatro noticias pueden identificarse como las de mayor impacto en la economía cubana en 2021: desde la inflación hasta la reforma monetaria, la vacunación anticovid y el reordenamiento de los actores económicos. El año alargó la crisis que acompaña a la pandemia y removió ámbitos estratégicos.
El 2022 comienza entre planes de recuperación, entre persistentes desequilibrios, liquidez financiera y otros síntomas de la crisis. El gobierno se propone un crecimiento del 4% en el PIB este año.
En el horizonte de la economía cubana asoman algunas luces, aunque de manera borrosa por su estrecha conexión con las incertidumbres y las incógnitas que también le legó 2021.
El mayor de los conflictos, la inflación, recuerda un capítulo similar de la crisis del Período Especial en los años 90. Remata, como entonces, una larga lista de problemas internos en un contexto externo desfavorable.
La mayoría de las maniobras implementadas por el gobierno en el 2021 buscaba soluciones, mediante reacomodos para que los principales sectores, actividades y actores recuperen gradualmentesus capacidades. La primera y más importante de estas operaciones fue la Tarea Ordenamiento, aunque necesitó ella misma de reajustes apenas dio los primeros pasos. Y los sigue requiriendo.
Desde antes era evidente la necesidad de transformaciones en múltiples áreas de la economía, para remontar la crisis integralmente.
Las cuatro noticias del año

En un contexto global de pandemia y con una parálisis social y económica inédita en Cuba, 2021 abrió con la reforma monetaria como principal noticia de la economía. Ese podio lo compartió en el año con la inflación, la creación de vacunas cubanas contra la Covid-19 seguida de la vacunación y la entrada al escenario nacional de las micro, pequeñas y medianas empresas privadas (mipymes), en compañía de las estatales.
Las cuatro noticias clasifican como lo más relevante para la economía en2021 por la novedad, las consecuencias directas para la actividad económica y las transformaciones profundas que entrañan para la vida política y social cubana. Del cuarteto, la inflación es el síntoma más evidente e inquietante, pero no el único.
Por el contrario, las otras tres noticias –Tarea Ordenamiento, vacunas vs Covid-19 y mipymes– se derivan de programas que implementó o aceleró el gobierno para que la economía levante cabeza. Otras medidas pusieron la mirilla, incluso, en sectores estratégicos: las empresas estatales y las producciones agropecuarias, por ejemplo.
Pero tuvieron menos impacto en los públicos mediáticos del país, ya sea por la poca visibilidad de sus primeros resultados o por el temor de que sean la repetición de carpetas de medidas que las autoridades aplican año tras año para el sistema empresarial y la agricultura, sin éxito sustancial.
El 2021 tuvo otro momento notorio en abril, con el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, pero esta vez la estrategia económica acordada por la máxima estructura de poder político varió poco la ruta trazada cinco años antes en los Lineamientos de la Política Económica y Social y la Conceptualización del Modelo de Desarrollo Socialista.
Síntomas de la crisis

El crecimiento del 2% del producto interno bruto (PIB) en 2021 apenas representó, en la práctica, un freno para la recesión registrada a cuenta de la pandemia. Todavía en el primer trimestre de ese año se registró una fuerte baja del PIB (-13,4%), una prolongación del retroceso consecutivo de dos años: -10,9% en el 2020 y -0,2% en el 2019.
Ante el nuevo año, el gobierno parece más cauteloso y realista que en los planes anteriores. Para el 2021 había soñado una meta de crecimiento económico del 6%, justo en medio de los rebrotes que llevaron la pandemia a un pico trágico, con el alargamiento de la parálisis casi total del turismo, la desarticulación consiguiente de buena parte de la economía, que quedó sin locomotora, y la postración del comercio minorista.
Después de registrar en 2020 bajas sensibles en casi todos los indicadores de producción y servicios, en 2021 variaron poco los resultados finales de la industria (-1,7%) y la agricultura (2,1%).
La producción de petróleo descendió un 4%, 3.069 toneladas. El níquel incumplió en más de 5.000 toneladas el plan de 52.600, lo que implicó una caída de 5% en relación con el año previo y que perdiera una tajada de 60 millones de dólares a cuenta de precios internacionales en alza.
Los peores resultados los tuvieron el azúcar, con una producción estimada en 828.000 toneladas, un 25% por debajo del año anterior,y el turismo, que recibió dos tercios de visitantes menos que en 2020.
De acuerdo con datos hasta el tercer trimestre de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la construcción apuntaba a cerrar el 2021 sin mucho cambio en relación con el año previo, mientras el comercio tendía a recuperarse en los meses finales tras una arrancada pésima (-21,4% en el primer trimestre y -10,5% hasta septiembre). La salud (15,9%) y el transporte, almacenamiento y comunicación (10,2%) eran las actividades con mejor medición económica.
El despegue comenzó en el segundo semestre, a medida que el gobierno pudo implementar acciones para reavivar su economía, entre las cuales la más importante fue la vacunación masiva contra la Covid-19 en la recta final del 2021. Más prudente en sus cálculos ahora, el gobierno programa para el 2022 una meta de crecimiento del 4%.
Aunque las condiciones epidemiológicas apuntan a mejorar y los caminos económicos empiezan a despejarse, los desequilibrios inflacionarios –el síntoma más doloroso de la crisis–, las privaciones financieras y las contracciones productivas están en su peor momento. El reordenamiento monetario alienta todavía más dudas que ilusiones.
Ordenamiento inconcluso
