EE. UU. no entrará en el “juego” del gobierno cubano para canjear presos políticos por una disminución de sanciones o presiones externas, declaró este 5 de abril a CubaNet el encargado de negocios de ese país en La Habana, Timothy Zúñiga-Brown.
El diplomático aseguró que las relaciones entre ambos países estaban en su “peor momento en décadas” y que su Gobierno mantiene su apoyo a los luchadores por la libertad y la democracia en la isla.
“Tenemos a miles de personas que han sido detenidas en un esfuerzo por tratar de intimidar a todo un pueblo que simplemente salió el 11 de julio de forma pacífica para reclamar sus derechos. Las personas tienen derecho a pensar, a hablar, a la asamblea, y esos derechos están reconocidos por el gobierno cubano en la Carta Universal de Derechos Humanos”, precisó.
“Nosotros no entramos en ese juego“, agregó. “No puedo especular sobre el por qué el gobierno cubano ha decidido tomar estas medidas contra cubanos de a pie que se han convertido en presos políticos meramente porque el gobierno cubano los está persiguiendo (…). Las condenas han sido inaceptables en el sentido de que estamos hablando de sentencias a menores de edad que son la mitad, o más, de sus vidas”.
Zúñiga-Brown se refirió a la apertura paulatina de los servicios consulares en la capital cubana, que habían cesado luego de que funcionarios estadounidenses se vieran afectados por lo que se conoció como “síndrome de La Habana” y la administración Trump decidiera reducir su personal en Cuba al mínimo.
“[La embajada en] Guyana va a seguir funcionando, y ya hay cubanos que tienen sus citas para las entrevistas en Guyana, eso se mantiene, y le rogamos al público cubano que si tiene una cita que acuda. Las personas que tendrán cita aquí en La Habana serán contactadas directamente por el Centro Nacional de Visas”, precisó.
El funcionario calificó de “sumamente preocupante” el éxodo de cubanos por mar y a través de la frontera mexicana hacia EE. UU. Mencionó como causas de la migración “la falta de oportunidades económicas, de seguridad ciudadana y de respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales”.
Sobre Ucrania, lamentó que Cuba se abstuviera en la votación de condena contra Rusia en Naciones Unidas y criticó abiertamente el apego del discurso oficial cubano al de Moscú. “Están prestando los medios de comunicación del Estado y, en el contexto cubano, aún más importante, los órganos de información del Partido, para básicamente repetir insistentemente la propaganda de Moscú”.