Cuando se habla de Cuba se habla de amor. Ese sentimiento que desborda a esta Isla se apoderó de un sábado de sol resplandeciente. Carreras, artes marciales, boxeo, ajedrez, destrezas en el mar, patinaje, aeromodelismo, boxeo, karting, motociclismo y ciclismo, automovilismo y veleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias llenaron de felicidad plazas, parques, terrenos y las costas de nuestra geografía.
Sí, el deporte convocó a ese torrente de alegría para celebrar los cumpleaños de la Unión de Jóvenes Comunistas y la Organización de Pioneros José Martí. El futuro de la Patria escaló a lo más alto del podio, porque su participación en las canchas hace brotar las pasiones, como mismo hace un país en la ciencia, en la en medicina, en la defensa, en la producción, en la educación.
Son ellos y ellas los que quieren cantar y por eso siempre encuentran su canción, quienes decidieron enfrentar a la COVID-19 y la vencieron, y la siguen venciendo con la colosal fuerza que da la aspiración de hacer feliz al otro.
Justamente por eso, el sábado el pueblo de Cuba toda pudo disfrutar de la práctica del ejercicio físico en un Festival Deportivo Recreativo que, en el mismo espíritu olímpico, fue una Oda al Deporte, a la paz, como calificó el restaurador de esos Juegos, Pierre de Coubertin, a esa expresión social del culto de las fuerzas controladas.
Es esa alegría, de niños, niñas, jóvenes y adultos, la que defiende esta tierra agredida por un criminal bloqueo y una absurda y burda ola de mentiras que quieren ahogarla; es la que se sobrepone a la pandemia, la que lucha contra sus propios errores. Pero, sobre todo, la que engendra la maravilla de un proyecto social de sensibilidad y belleza. «Ha sido una mañana muy bonita, de socialización y de esperanza la que hemos vivido, expresada en el desarrollo del deporte, que nos une en su práctica de sana recreación y en las posibilidades que brinda para la salud», dijo en el malecón habanero el vice primer ministro Jorge Luis Perdomo Di-Lella.
Para Cuba y su gente, para su firmeza y belleza, para el porvenir que construyen jóvenes y niños, es la medalla de oro.