Un total de 701 cubanos atravesaron el Tapón del Darién, que separa Colombia de Panamá, rumbo a Estados Unidos en los dos primeros meses de este año, según datos de las autoridades pañamenas.
En enero, cruzaron la zona selvática 367 migrantes procedentes de la isla y 334 lo hicieron en febrero, reportó el Servicio Nacional de Fronteras.
Los inmigrantes que hicieron la travesía en este período se triplicaron (8456 personas), frente al mismo periodo del 2021. Los datos incluyen a 1367 niños y adolescentes.
Los cubanos ocupan el cuarto lugar de migrantes que se arriesgan en una de las travesías más peligrosas de la región, después de Senegal, Haití y Venezuela, país que lidera las estadísticas en lo que va de este año con una cifra de 2500.
En octubre último las estadísticas oficiales del Servicio Nacional de Migraciones (SNM) de Panamá registraba que 12 800 cubanos habían cruzado esa zona en 2021. Sin embargo, expertos señalaban que el total real podría ser superior pues muchos migrantes transitan por zonas alejadas de los agentes fronterizos.
Los movimientos migratorios hacia Estados Unidos, principal receptor del continente, se desaceleran durante la temporada de lluvias (entre mayo y julio) pero las cifras de este año muestran un incremento a pesar del clima, lo cual plantea riesgos adicionales para los viajeros debido al aumento en el caudal de los ríos.
Los migrantes con frecuencia pasan por los países de Suramérica en los que trabajan por meses e incluso años. En una encuesta realizada por la OIM entre 732 migrantes que llegaron a Estaciones de Recepción de Migrantes (ERM) en la frontera con Colombia, un 43 por ciento dijo que su país de residencia habitual era Chile, y un 20% dijo que era Brasil.
La selva es una de las regiones más peligrosas en el trayecto utilizado por los migrantes para llegar a América del Norte. Cientos han muerto allí y otros tantos han corrido la misma suerte sin que se tenga noticia de ellos.
El viaje hasta este punto por tierra para una familia de tres o cuatro personas cuesta unos 2500 dólares, más los 65 por cabeza que dicen algunos migrantes han pagado para que los “guíen” por la selva.