Cuando el sol abrasa y los cangilones de una guardarraya mellan los deseos de andar, o la noche avanza mermando las fuerzas, verlo incansable y minucioso atiza la voluntad de quienes le rodean; creo que ni él mismo es consciente de cuánto confirma las palabras de Díaz-Canel el día en que asumió la dirección de este territorio: “a Santiago no puede dirigirlo cualquiera”.
José Ramón Monteagudo Ruiz tiene muy claros los retos de ser el Primer Secretario del Partido en la segunda provincia más poblada de Cuba, justo cuando el desabastecimiento, la inflación y las serias limitaciones en la producción de bienes y servicios configuran una realidad difícil para sus habitantes. Por eso le obsesiona lograr que la organización política impulse, desde los barrios y los centros laborales, el desarrollo de la sociedad.
—Usted ha dicho varias veces que solo fortaleciendo el Partido, es posible avanzar hacia la solución de los problemas que hoy tenemos ¿Por qué?
Para entender los imperativos que el Partido tiene que cumplir, hay que hablar del contexto en que estamos viviendo.
Cuba ha sobrevivido a 60 años de guerra económica y eso tiene un costo. Si el bloqueo fuera mentira, y lo que más nos afectara fueran los problemas internos que sí tenemos, Estados Unidos no hubiera sostenido por tanto tiempo el cerco comercial y financiero contra este país.
Pero su política limita nuestra economía y socava criminalmente las condiciones de vida de la población, por eso la recrudecieron e intensificaron la escalada mediática para generar desconfianza hacia el gobierno.
Aunque la escasez aumentó con las 243 medidas de Trump, la Covid-19 fue un catalizador de la crisis. Es fácil criticar a la Revolución e intentar desacreditarla, cuando no se habla de bloqueo ni de los millonarios gastos que generó el enfrentamiento a la epidemia, en la que se logró salvar al 99% de los enfermos y se desarrollaron vacunas que hoy permiten retomar la normalidad y atender asuntos vitales para la nación.
Actualmente se agudizan problemas como la insuficiente producción, la ineficiencia, las ilegalidades, las indisciplinas, la inflación y esto se utiliza para crear matrices de opinión como que somos un Estado fallido. De ahí la necesidad de estar alertas y a la ofensiva revolucionaria frente a las pretensiones del enemigo; y actuar con mucha sensibilidad ante lo que afecta a la población.
Nuestra provincia no escapa de esa realidad; por tanto, el Partido tiene que revolucionarse constantemente, dinamizarse, actualizar sus métodos y latir con el pueblo, enfrentando sus problemas y defendiendo la ética; la legalidad; la esencia martiana, fidelista y marxista-leninista del socialismo, y aunando a todos en los propósitos para el desarrollo del territorio.
Esa es la raíz de las ideas, los conceptos y directrices emanados del 8vo Congreso, que fijan las prioridades para perfeccionar el funcionamiento interno y establecer las líneas estratégicas de trabajo.
Desde noviembre estamos realizando un proceso de revisión profundamente autocrítico sobre la labor partidista. En las asambleas de balance de los comités distritales y municipales se evaluó la atención a la política de cuadros y la implementación de esas ideas, conceptos y directrices, en correspondencia con las características de cada demarcación. Y se discutió con mucho rigor el desempeño del Partido en la dirección de los asuntos esenciales de la vida económica y social de cada territorio.
Esto con el propósito de fortalecer las dinámicas de funcionamiento y las estructuras partidistas a todos los niveles y especialmente las organizaciones de base, para estar en mejores condiciones de influir sobre aquellos aspectos que deciden el cumplimiento de la actividad fundamental de cada entidad, así como la consolidación del trabajo político ideológico.
Tenemos dos grandes frentes: las batallas ideológica y económica; y solo con una organización fortalecida y sustentada en la ejemplaridad y combatividad de su militancia, es posible ejercer mayor influencia en los procesos económicos y sociales para avanzar hacia las soluciones que requerimos como provincia.
—Nuestro Presidente insta a la resistencia creativa y a la sensibilidad para atender a la población. ¿Cuáles son los retos en este sentido? ¿Qué se hace para enfrentar y resolver los principales problemas que afectan a los santiagueros?
El Partido debe exigir que se aprovechen aún más las potencialidades del territorio, a pesar de las limitaciones actuales, para transformar progresivamente dificultades que han ido acumulándose en las comunidades, la economía y otros ámbitos de la sociedad.
Tenemos claros los principales problemas y estamos atendiéndolos, aun en esta compleja etapa. El trabajo de impulso, exigencia y control partidista se dirige hacia prioridades como la producción de alimentos y la recuperación del sector cañero azucarero, el enfrentamiento a la inflación y a los altos precios, mejorar en la medida de lo posible los viales y el parque vehicular, el abasto de agua y la supresión de salideros y obstrucciones -con el aporte de varias empresas y organismos hemos logrado solucionar más de 2 300.
Otro imperativo es avanzar en el cumplimiento del plan de construcción de viviendas, pues tenemos 7 000 familias afectadas por “Sandy”, a las que no hemos logrado entregarles un nuevo inmueble.
Nos golpea mucho la carencia de cemento, acero, dispositivos eléctricos y otros materiales. También ha faltado control en el uso racional de los recursos. Tenemos que promover una mayor participación de la población y de los factores de la comunidad en esta tarea.
Urge una mayor eficiencia en la explotación de la tierra; por tanto exigimos y controlamos sistemáticamente las acciones para incrementar la siembra y la diversificación de cultivos varios. Se trata de que cada municipio asuma el reto de producir volúmenes superiores de alimentos en el menor tiempo posible, con los recursos de que disponemos. Eso es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos, como nos pidió Fidel en el concepto de Revolución.
En la recién finalizada campaña de frío, se sembraron más de 52 000 hectáreas de viandas, frutas, granos y hortalizas, lo que representó un crecimiento del 14% respecto a la campaña anterior; y en la actual campaña de primavera también nos hemos propuesto crecer.
Eso se traducirá en más ofertas de productos agropecuarios y, por consiguiente, en un impacto en la disminución de los altos precios que tanto afectan la vida de los santiagueros. Si se siembra más, tendremos mayor capacidad para responder al autoabastecimiento territorial, a las demandas del Turismo y del consumo social. Además, estamos priorizando aquellos renglones que sustituyen importaciones y los que constituyen rubros exportables.
Hemos logrado retomar las ferias agropecuarias de los fines de semana, ubicando al menos 100 camiones en diferentes puntos de la ciudad, para la comercialización directa de las cosechas a precios más asequibles.
Intercambiamos con los productores sobre la necesidad de una mayor correspondencia entre la ficha de costo de cada producto y el precio de venta a la población.
Ellos fueron consecuentes con esto, sobre todo en las actividades de fin de año, que tuvieron gran aceptación del pueblo. No obstante, sabemos que lo realizado es insuficiente y que este es uno de los principales problemas que afectan a los santiagueros. De ahí que insistamos en el incremento de la producción, como una de las vías para enfrentar la inflación.
Se están transformando los polos productivos más importantes de la provincia, y mejorando las condiciones de un grupo de asentamientos rurales.
Por ejemplo, en Laguna Blanca (Contramaestre), se mejoran 55 Km de viales internos, se reparan viviendas, escuelas, consultorios médicos y entidades de los servicios. Así beneficiamos a unos 15 000 habitantes de ese consejo popular.
La convocatoria a la celebración del 1ro de Mayo la hicimos en pleno campo, con una gran movilización popular hacia la siembra de cultivos varios y de caña.
Tenemos otros polos: El Alambre (San Luis), Los Reynaldos (Songo-La Maya), El Sitio (Palma Soriano), y Los Bungos (Contramaestre). En todos, la misión como empresa estatal socialista es avanzar en el desempeño económico y, en la medida de lo posible ir transformando los barrios, con los recursos disponibles.
La atención a las comunidades constituye otra prioridad. La provincia tiene una experiencia importante en el movimiento Santiago Arde y le estamos dando continuidad en 54 comunidades, de las cuales 24 son de la Ciudad Héroe.
Se ha estado trabajando para cumplir lo que nos pidió el General de Ejército Raúl Castro, de tener una ciudad más bella, higiénica, ordenada y disciplinada. Como parte de la reanimación de la imagen de la urbe, se realizó el cambio y reposición de vallas informativas y de 186 señaléticas urbanas ilustradas; se reparó La Alameda, El Paseo Martí, el parque Chibás de Carretera del Morro y varios parques infantiles; se están pintando inmuebles en arterias y comunidades, así como 180 puentes.
Se han beneficiado con bacheo más de 120 kilómetros de carreteras, calles y caminos con la colocación de 7 850 toneladas de asfalto; se han reparado escuelas, se han eliminado pisos de tierra y rehabilitado viviendas, por citar algunos ejemplos.
Aspiramos a muchísimo más porque, incluso con la escasez de recursos, podemos avanzar y arrancarle cada día un pedazo a los problemas, como nos ha llamado nuestro Primer Secretario, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Logramos, con mucho esfuerzo y gestionando ayudas, el retorno de las noches santiagueras, que ahora no debemos celebrar por el incremento de la Covid-19 en el territorio, pero las retomaremos en cuanto la situación higiénico-epidemiológica lo permita.
Trabajamos en el aseguramiento político de todos los procesos sensibles para los santiagueros: el enfrentamiento a la Covid-19, el proceso de Rendición de cuentas del delegado a sus electores, el Programa del Médico y la enfermera de la familia, las acciones para mejorar los indicadores de Salud, la atención materno-infantil, la reparación capital del Materno Norte, el inicio y desarrollo del curso escolar, las actividades del deporte y la cultura; así como la atención a un grupo de madres con tres o más hijos menores de 17 años, tarea en la cual seguiremos trabajando de manera progresiva, en correspondencia con los recursos disponibles. Estas son solo algunas de las prioridades del Partido en la provincia.
También aseguramos políticamente la implementación de las 43 medidas para el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista, que debe constituir el actor económico fundamental de nuestra estrategia económico social.
Aún tenemos empresas con pérdidas y problemas de eficiencia, al no aplicar algunas de las facultades que le otorgan esas medidas. Y es responsabilidad del Partido en la provincia, municipios y en la base impulsar, controlar y exigir una adecuada implementación.
Se requiere promover mayor eficiencia, ahorro, uso racional de los recursos y más disciplina laboral y tecnológica; así como aplicar de manera consecuente los tres pilares de la dirección en la solución de los problemas: la ciencia y la innovación, la informatización y la comunicación social.
Santiago tiene una importante capacidad industrial -que es necesario continuar recuperando- y proyectos de inversión que contribuirán al fortalecimiento de la economía del territorio, como la nueva fábrica Cementos Moncada y las plantas para el procesamiento de pienso y moringa, las que debemos seguir impulsando con un mayor seguimiento y control.
—¿Cuál es la mayor fortaleza de la provincia para enfrentar los desafíos de esta etapa?
Los santiagueros. No podría responder otra cosa. La fortaleza de esta provincia está en sus hogares, en sus centros de estudio y de trabajo, en las comunidades, la fortaleza es el pueblo.
Cuando fui electo por el Comité Provincial como Primer Secretario sentí un honor que crece en la medida en que voy conociendo a los santiagueros. Son inteligentes, solidarios, con un alto sentido de la cubanía y del patriotismo. Además no temen al trabajo, por duro que sea, y eso los hace admirables.
Esta es la cuna y capital moral de la Revolución; aquí Fidel proclamó el triunfo del primero de enero de 1959. Y esa es la estirpe del santiaguero.
Yo conocía del meritorio trabajo del Partido y el Gobierno, que durante años ha mostrado esta provincia. A Lázaro Expósito Canto me unen lazos de hermandad muy fuertes por los años que llevamos trabajando en esta organización. Por eso dirigir el territorio implica un compromiso de continuidad.
Confío mucho en la militancia y en el pueblo; en las personas ejemplares (sobre todo jóvenes) que tenemos y que pueden ingresar a nuestras filas y librar, tanto en el espacio físico como en las redes sociales y otras plataformas virtuales, la batalla ideológica por la Revolución.
Son muchas las tareas que tenemos por delante para erradicar lo que daña el bienestar colectivo y lograr que el Partido sea cada vez más democrático, atractivo, participativo y cercano al pueblo.
Con el esfuerzo de todos continuaremos resistiendo, creando, avanzando y venciendo.
Santiago es y seguirá siendo Santiago, una tierra de mujeres y hombres hechos para la victoria.
(Tomando de PCC)
