La Habana, 16 mar (ACN) «Se reafirma la tendencia a que continuará un control, una posible disminución (de incidencia de la enfermedad) muy gradual, muy lenta», expresó este martes, desde el Palacio de la Revolución y en referencia al comportamiento de la epidemia de COVID-19 en Cuba, el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz.
A ese enfoque alentador que nace de cifras y gráficos de rigor, el Jefe de Gobierno añadió, sin embargo, la alerta de que hay provincias que tienden a incrementar las cifras de incidencia, como Santiago de Cuba, Guantánamo, Ciego de Ávila, Cienfuegos, Matanzas, La Habana, Artemisa y Pinar del Río.
Por lo anterior, Manuel Marrero Cruz habló sobre la necesidad de medidas oportunas para «evitar que esta situación se nos vaya de la mano». Lo hizo en la reunión del Grupo temporal de trabajo para la prevención y control del coronavirus, la cual estuvo encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como por el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa.
El Jefe de Gobierno también afirmó: «Nosotros tenemos que lograr la sostenibilidad de todo el proceso de inmunización». Su énfasis atiende a la certeza de que «habrá nuevas cepas, va a haber rebrote por algunos lugares», en un contexto donde «la vida nos ha demostrado que el proceso de inmunización que se ha seguido en el país es el que nos tiene en esta situación (favorable)».
Desde el punto de vista económico, social, y hasta sicológicamente hablando –razonó Marrero Cruz– sería muy negativo volver atrás, a un proceso de cierre, de medidas de contención, de aislamiento. Es vital, dijo, defender lo alcanzado, mantener las medidas epidemiológicas y no retroceder en el proceso de decrecimiento de los indicadores de contagio de la COVID-19.
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Así debe ser, recalcó, «hasta que tengamos un control definitivo, y así un día aspirar también a que podamos flexibilizar algunas de las medidas que nos quedan».
A través de videoconferencia, las autoridades de cada provincia y del municipio especial de Isla de la Juventud intercambiaron con la dirección del país acerca de la situación epidemiológica de cada territorio, y de otros asuntos relevantes para la vida nacional.
La primera parte del encuentro estuvo a cargo del ministro de Salud Pública (Minsap), José Angel Portal Miranda, quien anunció que al cierre de la semana diez (cuya fecha está marcada con el 12 de marzo) la transmisión de la COVID-19 disminuyó en un 36,2 % respecto a febrero.
Los mayores niveles de transmisión en el mes en curso, según apuntó el titular, se presentan en las provincias de Holguín, Sancti Spíritus, Matanzas, Ciego de Ávila y Las Tunas. En esos territorios, detalló, se concentra el 58,6 % de los casos diagnosticados en el país durante el mes de marzo.
Portal Miranda compartió un dato que enciende bombillos rojos y que motivó conceptos como los compartidos en el encuentro por Manuel Marrero Cruz: en la semana recién concluida, creció el número de casos diagnosticados como positivos a la COVID-19, en un 7,3 %.
Para abordar estos temas que están directamente relacionados con la salud de los cubanos y la defensa de la vida, tuvo lugar antes, también desde el Palacio de la Revolución, la habitual reunión de expertos y científicos que están inmersos en las actividades de ciencia e innovación tecnológica para el enfrentamiento al coronavirus.
En una jornada encabezada por el Presidente Díaz-Canel, por el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, así como por los vice primeros ministros Inés María Chapman Waugh y Jorge Luis Perdomo Di-Lella, los modelos matemáticos y de pronósticos, a cargo del doctor en Ciencias Raúl Guinovart Díaz –decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana– hicieron evidente que, como expresó el experto, «en general se observa que hay un control de la epidemia, pero todavía siguen apareciendo casos en todos los territorios, con excepción del municipio especial Isla de la Juventud».
Seguidamente, el doctor en Ciencias Agustín Lage Dávila ofreció una disertación sobre la pandemia de la COVID-19 y sus implicaciones para la investigación clínica. En esencia, dio luces sobre cómo los desafíos que entrañó el coronavirus para la ciencia y el sistema de Salud en la Isla han obligado a romper con los paradigmas clásicos de los estudios hasta hoy emprendidos.
La epidemia, comentó el científico, ha llevado a condensar los tiempos de investigación, y deja en pie certezas como que la fortaleza del sistema cubano de Salud radica en el desarrollo simultáneo e imbricado de la atención primaria y de la industria biotecnológica.
Como evidencia de que el pensamiento en la Isla no hace pausas y tiene en su horizonte al bienestar del ser humano, los presentes en la reunión pudieron escuchar, a cargo del doctor en Ciencias Arturo Chang Monteagudo, una disertación sobre introducción y optimización de nuevas tecnologías y metodologías para la histocompatibilidad del trasplante en Cuba.