Al cierre de 2021 se contabilizaron 151 000 toneladas de material reciclable acopiadas en el país, más de la mitad de las cuales fruto de la puesta en práctica de una estrategia encaminada a acercar la actividad de recuperación a la población, en cuyas manos está el mayor nivel de productos reutilizables.
A partir del concepto básico del hogar como generador de desechos, a su alrededor se establece todo un sistema de recogida que incluye, hasta ahora, 690 puntos fijos de reciclaje y 11 500 móviles, todavía insuficientes si se tienen en cuenta las reservas existentes en los consejos populares.
De lo que se trata, ha asegurado el ministro de Industrias, Eloy Álvarez Martínez, es de rescatar el movimiento popular en defensa del reciclaje con la activa participación de las organizaciones de masas y estudiantiles, y la gestión en los barrios de los servicios comunales y los trabajadores por cuenta propia.
El proceso de recuperación de material reciclable permitió retornar el año pasado a la industria de medicamentos y a la elaboración de medicina natural más de 33 millones de envases de vidrio, toda vez que los niveles de producción anual no logran satisfacer la demanda.
Así ocurre con la chatarra ferrosa, no ferrosa (aluminio, cobre, bronce, plomo o zinc) y no metálica (papel y cartón, desperdicios textiles, botellas y frascos de cristal, envases de plástico y sacos de nylon), acopiadas, clasificadas, procesadas y comercializadas por las empresas provinciales de recuperación de materias primas.
Lo cierto es que, no obstante lo logrado hasta ahora, queda aún un largo trecho a recorrer en función de la industria del reciclaje, dado el creciente papel que desempeña en el programa de sustitución de importaciones, una de las vías más expeditas para la recuperación económica del país y como fuente de desarrollo.
Es preciso, entonces, ganar en cultura, no solo por parte de la población sino también en las organizaciones estatales, pues todavía no se tiene plena conciencia de la importancia de recuperar buena parte de los desechos que hoy se lanzan a la basura o de los equipos que permanecen en desuso en los patios de las empresas.