CACARAS, Venezuela.–Contadas a la usanza juvenil de sus protagonistas, bajo la sombra de unos árboles caraqueños, las vivencias destilaron humanidad durante casi media hora, en el traspatio del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Los Cedros, uno de los 736 existentes en esta capital, 586 de ellos atendidos por profesionales cubanos.
Los escucharon emocionados, Meivys Estévez, miembro del Buró Nacional de la UJC, Leonel Pérez, presidente de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae), y los también líderes estudiantiles, Carla Santana, de la FEU, y Hamlet Álvarez, de la FEEM.
Se habló de los riesgos personales frente a la COVID-19, en su etapa más cruda, cuando fue preciso exponerse por la existencia de otros, de jornadas en zona roja, pesquisas, vacunación; del regreso a Cuba como brigadistas Che Guevara, para salvar vidas y retornar luego a suelo bolivariano.
A los 20 consultorios comunitarios, 13 puntos odontológicos y la clínica de rehabilitación, todos pertenecientes a Los Cedros, acuden diariamente unos 300 de los más de 52 000 habitantes de la parroquia Valle, donde está enclavado este CDI, atendido por 73 colaboradores cubanos, la mayoría menores 35 años.
Desde principio del año anterior a la fecha, son más de 70 000 las personas beneficiadas con las atenciones que prestan la institución y su red, vinculadas al programa Barrio Adentro 2, de la Misión de Salud; 66 vidas salvadas en ese periodo sintetizan lo útil de dichos servicios.
Involucrado también en el enfrentamiento a la COVID-19, en los últimos 14 meses suman 250 000 pesquisas, a cuenta del colectivo de Los Cedros, una de las más de 4 800 unidades asistenciales marcadas con hermandad y desvelo cubanos, en los barrios más humildes de Venezuela.
De esa labor, que en 22 años ha librado de la muerte a 1 520 000 humanos en tierras del Libertador, igual supieron los visitantes; Julio César García Rodríguez, jefe de la Oficina de Atención a las Misiones Sociales aquí, les ilustró cuán decisiva en este quehacer es la mayoritaria presencia de nuestros jóvenes; «están crecidos», reiteró el dirigente.
«No estuvimos en el Moncada, el Granma ni la Sierra Maestra», dijo el doctor Nelson Pulido, de 30 años, quien dirige la brigada médica del estado La Guaira. Fue un desembarco de razones el plural esbozo del joven holguinero, cuando expuso el por qué y cómo transforman en Venezuela una realidad social que necesita de ellos.
Agradecidos se declararon Meivys, Leonel, Hamlet y Carla, frente a quienes «llevan tan hondo su pedacito de Patria», y defienden un «proyecto de nuestra Revolución, concebido desde el humanismo».