Una de las personalidades de 2021 según la revista Time, un mercenario de Estados Unidos para el gobierno cubano: el artista disidente Luis Manuel Otero Alcántara, de 34 años, lleva siete meses preso y Washington reclama insistentemente su liberación.
Su novia Claudia Genlui, curadora de arte de 31 años, recuerda que fue detenido el 11 julio de 2021, cuando miles de cubanos salieron a las calles al grito de “tenemos hambre” y “libertad”.
“Había salido de mi casa para apoyar al resto de los cubanos, a las protestas que estaban ocurriendo”, cuenta Genlui a la AFP desde Miami, donde se encuentra desde octubre.
Pero, Otero Alcántara no tuvo tiempo de unirse a ellos. Ya en la mira de las autoridades, fue detenido en el camino, y desde entonces está recluido en la prisión de alta seguridad de Guanajay, a 40 kilómetros al oeste de La Habana.
Está acusado de varios delitos (incitación a delinquir, desacato agravado, desorden público, etc.), todos cometidos antes del 11 de julio.
Desde hace varios años, este hombre que se autodefine como “artivista” (contracción de artista y activista), ha realizado provocativas performances para protestar contra un decreto que regula el trabajo de los artistas, incluida una en la que intentó cubrirse de excremento frente al Capitolio.
En otra performance, llevó la bandera cubana sobre sus hombros durante un mes o la usó de cobertor, por lo que fue procesado por ultraje a los símbolos patrios.
Time lo incluyó entre las 100 personalidades más influyentes de 2021, y el artista disidente chino Ai Weiwei elogió que “el arte requiere el coraje que él ha demostrado repetidamente”.
“Un ejemplo”
La última vez que Genlui habló con él vía telefónica fue el 18 de enero. Desde entonces se declaró en huelga de hambre.
A mediados de febrero, ella recibió una llamada de un familiar de un compañero de prisión: “Me dijo que (Otero Alcántara) estaba muy mal, que había bajado muchísimo de peso y (que) prácticamente no tenía fuerzas para caminar y prácticamente ni hablaba”.
Para Washington fue esa la señal de alarma, por lo que el Departamento de Estado multiplicó los reclamos por su liberación.
“Siete meses después de defender pacíficamente los derechos humanos y las libertades fundamentales, Luis Manuel Otero Alcántara espera un juicio que parece no llegar nunca”, denunció el secretario de Estado, Antony Blinken.
“Nos preocupa profundamente que las autoridades cubanas hayan dado un escarmiento injusto a Otero Alcántara”, indicó el Departamento de Estado en una respuesta escrita a la AFP.
Para el gobierno cubano, Otero Alcántara no es un artista, sino un agente al servicio de Estados Unidos para tratar de desestabilizar el país.
Este “es el argumento que Cuba siempre ha expresado” para desacreditar las voces críticas, advierte Anamely Ramos, de 37 años, amiga del artista disidente y activista a la que el gobierno cubano impidió entrar al país la semana pasada, en viaje de regreso desde Miami.
“Soldados en una guerra”
Arturo López-Levy, investigador cubano de la Universidad Holy Names en California, subraya que “las pruebas están claras”, y cita “llamadas telefónicas” difundidas por el noticiero de televisión que demuestran “una subordinación de estas personas a la política de Estados Unidos”.
Aunque admite que los derechos de Ramos y de Otero Alcántara han sido violados, López-Levy destaca que “el daño que ha causado Estados Unidos al tema”, en su opinión, es “mucho mas grave”.
En ese contexto, “el gobierno cubano percibe (…) a esa parte de la oposición cubana como una continuación de la política hostil que Estados Unidos ha mantenido hacia Cuba, y esos son soldados en una guerra“. Además, “quiere que ellos se vayan de allí”, añade el académico.
Este enfrentamiento se produce en momentos en que Washington ha insinuado recientemente posibles gestos de apaciguamiento, como la reapertura de su sección consular en Cuba o facilidades para las remesas monetarias, tras años de reforzamiento del embargo.
“Luis Manuel ya es un símbolo y sí, creo que Cuba sobre todo quiere convertirlo en una moneda de cambio” contra las concesiones, añade Ramos.
Pero él “no está aceptando eso”, añade.
Según Genlui, las autoridades han propuesto repetidamente a Otero Alcántara la libertad a cambio del exilio, pero él se niega. “Su motor impulsor, su objetivo que tiene, que tenemos todos, es la libertad de Cuba”.
Declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional, el artista es también el rostro de una nueva generación dentro de la oposición, que pide que se le conceda a él y a otros dos disidentes el Premio Sajarov del Parlamento Europeo a la libertad de pensamiento.