Los protocolos cubanos de salud están encaminados a hacer un uso más racional de las pruebas diagnósticas. Así lo dio a conocer a través de sus cuentas oficiales en redes sociales el doctor José Angel Portal Miranda, ministro cubano de Salud Pública.
La decisión se sustenta en el contexto actual, cuando los contagios por COVID-19 baten récord insospechados en el mundo asociados principalmente a la prevalencia de ómicron; la circulación de virus respiratorios como Influenza A, Coronavirus endémico 229E, OC43 y otros, lo cual ha traído consigo un incremento abrupto de personas con infecciones respiratorias; y las recomendaciones mundiales.
En consecuencia, puntualizó, los estudios se destinan esencialmente a personas que presenten síntomas de la enfermedad o infección respiratoria aguda sugestiva de COVID-19, siguiendo el criterio médico en las consultas de respiratorio de las instituciones de Salud.
Las constantes mutaciones que ha manifestado el #SARSCoV2, igual que sucede con todos los virus, han originado la aparición de nuevas variantes.
Las de mayor relevancia a nivel mundial, por sus implicaciones en el curso de la epidemia, se denominan variantes de preocupación. pic.twitter.com/KdDi6kWrAn
— José Angel Portal Miranda (@japortalmiranda) February 2, 2022
Tienen prioridad los menores de dos años de edad, las gestantes y las puérperas, así como los pacientes de grupos de riesgo con comorbilidades y otros que por su vulnerabilidad tengan más posibilidades de transitar hacia formas graves de la enfermedad.
El Ministro de Salud advirtió que ya no se realizan pruebas diagnósticas a quienes resulten ser contactos de casos positivos y no presenten ningún síntoma que pueda asociarse a la COVID-19, práctica que se ajusta a las recomendaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud para este nuevo momento de la pandemia.
Alertó, además, de que «Si bien es cierto que con este protocolo de actuación pudieran no diagnosticarse todos los enfermos y se modificarían las estadísticas del país en cuanto a índices de mortalidad, incidencia del virus y otros, las recomendaciones mundiales y el comportamiento actual de la epidemia no justifican realizar estudios en la población de forma general».
«La evaluación sistemática del comportamiento del virus irá guiando el camino de las acciones a implementar. Así ha sido en el trascurso de toda la epidemia en Cuba y así lo seguiremos haciendo», añadió.
Como parte de su análisis, el titular del sector sanitario agregó que a pesar del incremento de los contagios en el primer mes del año 2022 respecto a las cifras reportadas en octubre pasado, no existe un ascenso proporcional de las personas hospitalizadas, en estados grave y crítico, o fallecidas por COVID-19 en el país.
Destacó los elevados niveles de inmunidad alcanzados en el pueblo cubano con el avance de la vacunación: hasta el 31 de enero tenían completo su esquema de vacunación 9 831 581 personas —el 87,9 % de la población cubana— y de ellas 5 358 553 habían recibido su dosis de refuerzo.
Las constantes mutaciones derivadas del SARS-CoV-2 condicionaron la aparición de nuevas variantes con mayor relevancia a nivel mundial por sus implicaciones en la diseminación de la epidemia, el riesgo de hospitalizaciones, o la reducción de la respuesta de anticuerpos frente a las vacunas. A estas variantes se les llamó «variantes de preocupación» (VOC, por sus siglas en inglés Variants of Concern), explicó el Ministro.
Consideró importante que los ciudadanos cubanos conozcan que estas variantes se detectan a través de la técnica de secuenciación genómica, procedimiento altamente complejo y costoso con un equipamiento específico y requiere de varios días para el procesamiento y posterior análisis de las muestras.
Para seleccionar dichas muestras —argumentó— se siguen criterios de interés como la procedencia de diferentes territorios; la correspondencia a casos graves, fallecidos, con síntomas leves o asintomáticos, diferentes rangos de edades, inmunizados con diferentes vacunas y dosis.
El Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) cuenta con esta tecnología y desde el inicio de la epidemia desarrolla este proceder. Gracias a ellos se identificaron oportunamente la introducción en el país de las variantes VOC Alpha, Beta, Gamma, Delta y Ómicron; la variante D614G, además de otras 12.
«Pedimos a nuestro pueblo actuar con prudencia y responsabilidad. Las vacunas por sí solas no son capaces de poner fin a la epidemia», concluyó.