Esta semana hemos dibujado sobre la moneda libremente convertible (MLC), la divisa digital cubana sustituta del desaparecido CUC. Se trata de una moneda cuya tasa de cambio no ha parado de crecer en el mercado informal y en la que hoy se oferta la mayoría de los productos indispensables en una red de tiendas por todo el país.
S trata de un fenómeno particular que representa pérdida para el ciudadano y ganancia para quien la inventó. Según el discurso oficial, en un principio solo se comerciarían “productos de alta gama” con la intención de “reinsertar esa divisa en la industria nacional” y “comprar la leche de los niños”. Ahora no hay leche para los niños, la industria cubana es virtualmente inexistente y en esas tiendas puede aparecer un producto de cualquier calidad.
La aparición de la MLC fue un parteaguas que potenció las diferencias socioeconómicas entre los que pueden obtener esta moneda a través de pagos y remesas desde el exterior y los que solo pueden hacerlo mediante compra el mercado informal.
Por estos días el MLC se ha visto superado por el dólar estadounidense, tendencia inédita desde la circulación de la nueva moneda cubana que ha llevado a un plano extremo la realidad cotidiana de los cubanos. Esta no aparece en los noticieros, como la realidad mostrada a nivel gubernamental; esta palpita en la calle, en las colas y los mercados desabastecidos.
Un saludo y feliz domingo,
Wimar Verdecia Fuentes
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