Desde antes de que en Cuba se reportaran los primeros casos con Sars-CoV-2 en marzo de 2020, los científicos cubanos ya estudiaban el virus y posibles tratamientos para la enfermedad. Una larga trayectoria en la producción de fármacos y vacunas, junto a un fuerte sistema de salud, hizo que nuestro país pudiera dar una rápida respuesta a la pandemia y sus repercusiones.
Encadenamientos productivos, enfoque en la investigación, innovación y calidad, posibilitaron que la industria biofarmacéutica nacional contara con más de 20 medicamentos para el tratamiento de la Covid-19. Entre ellos están el interferón alfa 2b humano recombinante y el HeberFERON, claves para reforzar el sistema inmune de las personas, los cuales por su efectividad se incorporaron a los protocolos sanitarios. Más adelante, se incorporaron otros como el Itolizumab y el Jusvinza, exitosos para evitar que los pacientes pasen a un estado grave de salud.
También la investigación científica nacional logró el desarrollo de vacunas contra la COVID-19 en tiempo récord y con los estándares de seguridad requeridos. El esquema de vacunación de tres dosis de Abdala alcanzó una efectividad del 92,28 % frente a la enfermedad sintomática en su ensayo de Fase III, mientras que el esquema heterólogo de dos dosis de Soberana 02 y una dosis de Soberana Plus un 92,4%, lo que evidencia la valía de la ciencia cubana.
Además, también la innovación estuvo en el desarrollo de equipos médicos para el tratamiento de la COVID-19. En ese sentido se crearon ventiladores pulmonares de producción nacional con el Proyecto Cubano de Ventilación de Emergencia para usar en casos intubados (PCUVENTE), que obtuvo el Autorizo de Uso de Emergencia por el Centro Estatal de Calidad de Medicamentos y Dispositivos Médicos (CECMED) y se trabaja en el Proyecto Cubano de Ventilación de Emergencia no invasivo para usar sin intubación (VENTIPAP), que está en fase de prototipo.
Sobre los principales hitos de la ciencia en Cuba durante la pandemia, Cubahora comparte la siguiente cronología.
