Todos conocemos a alguien que gusta coleccionar algo, ya sea sellos de correo, monedas, souvenirs de diversos países y otros. Sin embargo, la mayoría de esos elementos son recolectados de forma física; algunos objetos son replicados, pero por más que se haga, los coleccionistas saben identificar los originales por pequeñas distinciones y detalles que los hacen únicos. Pero también se pueden coleccionar elementos únicos, originales e irrepetibles en formato digital, estos son los NFT.
Un NFT o Non Fungible Token, es un token o vale digital que es único e irrepetible, y se define como un coleccionable digital que es verificado por medio de una cadena de bloques (blockchain). Son uno de los temas del momento en el mundo digital; generan ventas millonarias de arte digital, aunque criticados por el gasto energético que suponen y el peligro de convertirse en la nueva burbuja especulativa.
Para entenderlo mejor, un NFT sería como una obra de arte única, por ejemplo: El David de Miguel Ángel, solo hay uno y está en la Galería de la Academia de Florencia; si alguien quisiese tener ese David, debería comprarlo (si estuviese a la venta). Con los NFT pasa igual, se trata de un activo digital único que, aunque puede copiarse, quien posee el NFT es quien tiene el original.
Algunos ejemplos de compra son los siguientes: el Gif de Nyan Cat, un meme famoso creado en 2011 sobre un gato con cuerpo de galleta volando, se vendió por más de 500 000 dólares y Jack Dorsey, uno de los creadores de la red social Twitter, vendió su primer «tweet» por un valor superior a los 2,9 millones de dólares.