Sobre el tenista serbio Novak Djokovic, actual número uno del mundo, se debate por estos días si podrá jugar o no en el Abierto de Australia, torneo en el que se ha titulado nueve veces.
Djokovic, además, acumula 20 trofeos de Grand Slam, cifra a la que anteriormente solo han llegado el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.
Desde finales de 2021 se había anunciado que sería obligatorio estar vacunado para participar en el primer Grand Slam del año. Ante la medida, el serbio, que se ha referido al tema de las vacunas como algo personal, expresó que «estaba a la espera de noticias. Ahora que lo sé, tendremos que esperar y ver». En tanto, las autoridades australianas exigen, a todo extranjero que ingrese al país, estar vacunado contra la COVID-19.
Con el torneo a la vuelta de la esquina, Djokovic había recibido una exención médica tras «un riguroso proceso de revisión en el que participaron dos paneles independientes de expertos médicos», aseguró Tennis Australia.
Sin embargo, a su llegada a Melbourne, la Fuerza Fronteriza de Australia comunicó que «el señor Djokovic no proporcionó las pruebas adecuadas para cumplir con los requisitos de entrada a Australia y su visa fue cancelada».
De igual forma, el Departamento de Salud del país oceánico advirtió a Tennis Australia que las personas convalecientes de la COVID-19 que no hayan recibido al menos una dosis de la vacuna, no se consideran totalmente vacunadas, por lo que no pueden ingresar al país, y, aun con la exención médica, deben estar en cuarentena siete días.
Lo cierto es que, hasta ahora, Djokovic se encuentra aislado en un hotel de Melbourne y, según The Guardian, deberá esperar al lunes para conocer la decisión de la audiencia sobre su deportación o la aceptación de su visado.