Haisa Fariñas, hija del disidente, calificó la detención arbitraria de aquellos días como un “secuestro”, pues no dieron razones ni la ubicación de su padre. Horas después de la denuncia, llamaron a la familia “para informar que Coco Fariñas se encuentra en Hospital Arnaldo Milián conocido como Hospital Nuevo de Santa Clara, pero esta vez está en la sala de Neumología cama 1”.
Su hija añadió en otro tuit que el líder del Fantu estaba “retenido en este lugar en contra de su voluntad. El motivo: oponerse al régimen Castrista”.
En noviembre pasado el opositor también fue arrestado y enviado a al centro de salud en contra de su voluntad, en vísperas de la frustrada Marcha Cívica por el Cambio. Fue liberado el 17 de noviembre del Hospital “Arnaldo Milián”, en la provincia Villa Clara.
La detención del líder de Foro Antitotalitario Unido sucedió un día después de que anunciara, junto con la presidenta de las Damas de Blanco, Berta Soler, que renunciarían a los Premios Sájarov si la Unión Europea (UE) no toma acciones enérgicas contra las violaciones de derechos humanos en Cuba.
La misiva, dirigida al Parlamento Europeo, cuestiona a la embajada de la UE en La Habana por preferir reunirse con organizaciones oficiales y paraestatales antes que con la sociedad civil independiente, desde la ratificación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, que regula las relaciones entre Bruselas y el gobierno cubano.
Además, el Servicio de Acción Exterior Europeo “jamás ha cooperado, facilitado o intermediado con fondos o ayudas europeas para la sociedad civil de Cuba ni para los Premios Sájarov o sus organizaciones y actividades”, afirman los activistas.
Soler y Fariñas aseguran, en nombre de otros disidentes, sentirse “olvidados y menospreciados” por la UE, a la que acusan de “laxitud” en la condena de las violaciones de derechos humanos en la isla.
“De continuar esta situación, los Premios Sájarov de Cuba (…) propondremos al colectivo de Damas de Blanco, y yo mismo Guillermo Fariñas también, que se valore la retirada, aún con un inmensísimo dolor, de nuestros Premios Sájarov”, advierte el texto casi al final.