Los estelares expeloteros cubanos Armando Capiró y Rogelio García se encuentran entre los nuevos exaltados al Salón de la Fama Palmar de Junco, ubicado en el icónico estadio beisbolero del mismo nombre, en la occidental provincia de Matanzas.
Según el reporte de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), el historiador y escritor de béisbol Alfredo Santana dijo en conferencia de prensa que tanto Capiró como García merecieron la distinción en la categoría que abarca a los peloteros que jugaron en la Isla después de 1962, al superar la cifra del 75 % de los votos necesarios.
En el apartado para jugadores con protagonismo antes de esa fecha accedió al recinto de los Inmortales del béisbol en Matanzas el expelotero Andrés Antonio «Haitiano» González, mientras que Mariano Álvarez, destacado torpedero y pionero de las Series Nacionales en Cuba, recibió el apoyo del Comité de Veteranos, según reseña la ACN.
Capiró fue uno de los más renombrados jonroneros durante las primeras Serie Nacionales de béisbol en Cuba. El destacado jardinero brilló con los equipos capitalinos, fue el primero en conectar más de 20 cuadrangulares en una temporada, y en sumar un centenar de vuelacercas luego de abolirse los torneos profesionales en la Isla.
Por su parte, García, conocido con el sobrenombre del «Ciclón de Ovas» –por su poblado natal en la provincia de Pinar del Río–, destacó por ser uno de los mejores lanzadores de su época. Fue durante mucho tiempo de los principales lanzadores de la selección nacional cubana, y líder en ponches durante siete temporadas entre 1976 y 1988, cuatro de ellas de forma consecutiva.
Apunta la agencia que en esta ocasión merecieron un reconocimiento especial el exlanzador y recién fallecido Andrés Ayón y el comentarista Roberto Pacheco, vinculado a la narración deportiva, y en especial del béisbol, durante más de medio siglo.
Se anunció, además, que los ahora elegidos se incorporarán al recinto el próximo 6 de febrero, durante una ceremonia en la que también se honrará a Pedro José Rodríguez, Julio Germán Fernández, Zoilo Versalles y Roberto Barbón, encumbrados en 2020, pero que no pudieron recibir igual homenaje por las limitaciones impuestas por la pandemia de la COVID-19.
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La más reciente es la sexta exaltación al Salón de la Fama Palmar de Junco, adyacente al estadio del mismo nombre –el más añejo en activo– que coincidentemente un 27 de diciembre, pero de hace 147 años, acogió el que se considera como el primer juego oficial de béisbol en Cuba.
Aquel día se enfrentaron sobre la grama del parque de la ahora barriada de Pueblo Nuevo los equipos de La Habana y Matanzas. El duelo, que contó con árbitros y anotador, fue jugado bajo las reglas que existían entonces y reflejado por la prensa cubana del siglo XIX, que publicó el box escore (hoja de anotación).
Antes del surgimiento del Salón de la Fama Palmar de Junco existió en Cuba un recinto similar para el béisbol cubano, que fue establecido el 21 de octubre de 1939 y realizó exaltaciones hasta 1960. En 2014 se relanzó su refundación con la selección de 10 nuevo miembros, pero el proyecto fue congelado poco después por la Comisión Nacional de Béisbol (CNB).
Yovani Aragón, por entonces al frente de la CNB, reconoció a OnCuba que el Salón de la Fama era «una asignatura pendiente» y como argumento dijo que debían perfeccionarse sus mecanismos «desde el punto de vista institucional, de modo que el Salón de la Fama no esté en el aire, sin un orden y sin respaldo jurídico».
Sin embargo, hasta el momento los atletas, especialistas y aficionados del béisbol cubano continúan esperando que el Salón reabra sus puertas, mientras ni el Inder, la Federación Cubana de Béisbol o la CNB, se han vuelto a pronunciar al respecto. Ante este silencio, el del Palmar de Junco ha continuado haciendo justicia desde Matanzas a los inmortales del béisbol de ese territorio y de toda la nación.