Pocas fechas son tan simbólicas para homenajear a los protagonistas de una gesta que entró por derecho propio entre las grandes proezas mundiales, que el 22 de diciembre cuando los educadores y todo el pueblo cubano ganaron en 1961 la histórica batalla contra el analfabetismo.
Por esa razón, Cuba celebra cada año en esa fecha el Día del Educador, en recuerdo de cuando en la Plaza de la Revolución habanera se elevó en lo alto la bandera roja y blanca de la Campaña y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz proclamó al país Territorio Libre de Analfabetismo.
El 20 de diciembre de 1961 se declaró terminada oficialmente la Campaña de Alfabetización y, a partir de este día comenzó la llegada de cien mil brigadistas Conrado Benítez a La Habana para proclamar el 22 que el país, a ocho meses de la victoria de Playa Girón, estaba listo para nuevas proezas educativas.
En la Campaña se alfabetizaron 707 mil cubanos, por lo que el índice de analfabetismo en Cuba quedó reducido al 3,9 por ciento de su población total, en cuyo porciento se incluyen 25 mil haitianos residentes en las zonas agrícolas de Oriente y Camagüey, quienes no dominaban el idioma español, a los impedidos físico y mentales, y a las personas que, por su avanzada edad o deficiente salud, fueron declarados inalfabetizables. Ello colocó a nuestro país entre las naciones de más bajo índice de analfabetismo en el mundo.
Este extraordinario logro revolucionario fue obra de una poderosa fuerza, constituida por 121 mil Alfabetizadores Populares; 100 mil brigadistas Conrado Benítez; 15 mil brigadistas Patria o Muerte; 35 mil maestros voluntarios, lo que hace un total de 271 mil educadores; lo que, unido a los cuadros dirigentes, los cuadros políticos y los trabajadores administrativos suman la impresionante cifra de más de 300 mil educadores participantes en la Campaña.
Pero, no sólo fueron alfabetizados los adultos de las zonas rurales y de los barrios marginales en poblados y ciudades. Antes del triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959 únicamente la mitad de los niños en edad escolar asistían a clases, de ahí que una de las primeras tareas emprendidas por el Gobierno Revolucionario fuera la creación, en marzo de 1959, de la Comisión Nacional de Alfabetización y Educación Fundamental.
Para el curso escolar 1960-1961 se crearon 15 mil aulas en las zonas rurales, en tanto que la matrícula alcanzaba la cifra total de 1 118 942 alumnos. Era evidente que se necesitaban más maestros voluntarios. El 22 de abril de 1960, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, expresó: “Necesitamos mil maestros que quieran dedicarse a enseñar a los niños campesinos. Hace falta que ellos nos ayuden para mejorar la educación de nuestro pueblo y para que los campesinos aprendan a leer y se hagan hombres útiles para cualquier tarea”. Así surgieron los Maestros Voluntarios con jóvenes de todo el país.
Posteriormente, en su discurso del 26 de septiembre de 1960, ante la Organización de Naciones Unidas, Fidel anunciaba: “… en el próximo año, nuestro pueblo se propone librar su gran batalla contra el analfabetismo, con la meta ambiciosa de enseñar a leer y escribir hasta el último analfabeto”.
Este Día del Educador permite apreciar la colosal obra educacional que atesora la Revolución Cubana que, al decir de Fidel, transita necesariamente por la vinculación de la palabra con la acción y las convicciones con la conducta, como base del prestigio de los educadores.
A partir de la Campaña de Alfabetización y del gigantesco Plan de Becas que se creó, Cuba comenzó a crear el Sistema Nacional de Educación, concebido como un conjunto articulado de niveles educativos y tipos de enseñanza concatenados estrechamente entre sí, desde el Preescolar (5 años), la Primaria (6-11 años), Secundaria Básica (12-14 años) y el Preuniversitario (15-17 años).
El nivel primario agrupa la educación preescolar y primaria. El nivel secundario incluye la secundaria básica, la educación preuniversitaria y la enseñanza técnica y profesional. En el nivel terciario se inscribe la educación superior. También el sistema incluye la Educación Especial y la Educación de Adultos, con lo cual el sistema permite el flujo y articulación de los estudiantes en forma continua de unos niveles a otros.
En Cuba, la educación es un derecho de todas las personas, y constituye una responsabilidad del Estado, que garantiza servicios de educación gratuitos, asequibles y de calidad para la formación integral, desde la primera infancia hasta la enseñanza universitaria de postgrado. El sistema educativo cubano es: universal, inclusivo, participativo, laico, científico. Es un sistema universal que se dirige a elevar el nivel cultural de toda la población, basado en la solidaridad y la cooperación, y una concepción profundamente igualitaria del ser humano.
Fruto de todos estos años de educación, al cierre del 2015 el número de personas con educación superior completa ascendía en Cuba a 1 165 002, según el Censo de 2012, lo que representa un 12,6 por ciento de la población adulta en ese momento, y entre ellos hay muchos alfabetizados en 1961.
Todos estos resultados son el fruto del trabajo de los educadores, en todos los niveles de enseñanza, los cual ha sido reconocido por la UNESCO en varias ocasiones y por la comunidad internacional. Por ello les rendimos perenne homenaje.
