El boxeo cubano cumplió este 2021 con sus dos grandes retos: dominar los Juegos Olímpicos de Tokio y ser el número uno por naciones en el Campeonato Mundial, en Belgrado. Con esas credenciales, la disciplina de los puños es favorita para ceñirse la condición de deporte del año en Cuba.
Se dice fácil eso de obtener cuatro oros olímpicos y un bronce, tres cinturones dorados mundiales y un par de terceros lugares. Sin embargo, el camino al éxito ha estado lleno de escollos, despejados gracias a la buena planificación en la preparación física de nuestros boxeadores, elaborada por el colectivo de entrenadores.
Un detalle que tuvo el pugilismo cubano es que no asistió a los dos eventos con su escuadra completa, lo que hacía más difícil capturar los cetros colectivos. Sin embargo, tanto las figuras consagradas como los nuevos exponentes dieron el paso adelante y materializaron los objetivos.
Como ha ocurrido en casi todos los deportes en Cuba, a causa de la COVID-19 no se celebraron campeonatos nacionales. La escuadra que dirige el profesor Rolando Acebal optó por concentrar la preparación, primero en Cuba y luego en otros países. Un factor decisivo para alcanzar el éxito, y que poco se menciona, es el trabajo sicológico con el fin de tener motivados y enfocados a los boxeadores en sus objetivos.
Con la desaparición de la Serie Mundial de Boxeo, los exponentes de la Mayor de las Antillas han visto disminuir el número de peleas en un año calendario. Solo los combates de eventos múltiples marcan, casi de forma exclusiva, las competencias internacionales, sumados a algún que otro torneo de exhibición.
A pesar del poco número de peleas, los cubanos mantienen un alto nivel, en momentos en que la calidad de naciones como Uzbekistán, Rusia y Kazajstán no ha decrecido.
Por si fuera poco, en las filas juveniles también se realiza un correcto trabajo y selección de talentos. Cuatro medallas de oro, una de plata y otra de bronce se obtuvieron en los Panamericanos Juveniles de Cali-Valle. En el Campeonato Mundial de Polonia se ganó una de oro y dos de bronce, lo que es sinónimo de que al plantel de mayores llegarán, a corto plazo, púgiles con talento para retener la hegemonía mundial.