PINAR DEL RÍO.–Tras varias décadas de altibajos, programas de desarrollo que quedaron a medias y años enteros de inactividad, Pinar del Río comienza a apostar en serio por el procesamiento de la resina de pino.
Las medidas aprobadas en el país para eliminar las trabas en la gestión empresarial han puesto por fin, en manos propias, la posibilidad de buscar nuevos clientes, establecer sistemas de pago más atractivos, captar divisas para reinvertir en la reanimación de la industria y la adquisición de los insumos que aseguren la producción.
Para que se tenga una idea del impacto económico de una actividad que nunca tuvo estabilidad hasta ahora, el ingeniero Leduhan Menéndez, director de la Empresa Agroforestal (EAF) Pinar del Río, explica que una tonelada de resina de pino se exporta actualmente a un precio que oscila alrededor de los 600 dólares. En cambio, si se lleva a la industria y se convierte en colofonia y aceite de trementina, su valor se incrementa a unos 1 850.
UNA INDUSTRIA Y MIL TROPIEZOS
Única de su tipo en el país, la planta pinareña para el procesamiento de la resina de pino, ubicada en las afueras de la capital provincial, fue levantada en 1991.
Especialistas del Centro de Estudios Forestales de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca encabezaron los esfuerzos para ponerla en marcha, a fin de agregar valor a ese importante recurso del bosque.
Se trata de una industria pequeña, pero eficaz, capaz de lograr producciones competitivas en el mercado internacional, según han certificado en su momento los especialistas de la Empresa Cubana Exportadora de Alimentos y Productos Varios (Cubaexport), y confirmado por los clientes.
La colofonia y el aceite de trementina, los dos productos primarios que se obtienen de ella, poseen un sinnúmero de aplicaciones en la industria química. Por ejemplo, se les emplea en la fabricación de papel, neumáticos, fósforos, pinturas y barnices. También en la elaboración de fragancias, jabones y cosméticos.
Incluso, se afirma que el humo blanco con que la Iglesia católica le anuncia al mundo que tiene nuevo Papa se logra mediante la mezcla de varios componentes, entre los cuales está la colofonia.
No obstante, la historia de la planta pinareña ha estado llena de tropiezos. En 2011, los especialistas le aseguraban a Granma que, tras 20 años de explotación, todavía no se había logrado estabilizar la marcha, a pesar de ser la única de su tipo en Cuba y de que, con ella, el valor de la tonelada de resina se multiplicaba por tres.
A finales de 2014, nuestro diario informaba que, después de un largo periodo de interrupción, la industria volvía a echar a andar, con varias mejoras tecnológicas que incluían el montaje de una nueva caldera. Pero las cosas tampoco cambiarían mucho esa vez.
UN NUEVO COMIENZO
El director actual de la Empresa Agroforestal, a la que pertenece la industria, reconoce que los problemas se hicieron crónicos con los años. Por ello, la producción siempre fue intermitente y la eficiencia muy baja.
Con el propósito de revertir esta situación y sacar el mayor provecho posible de una instalación que pudiera aportar grandes dividendos a su entidad, evitarle importaciones al país y contribuir a la exportación, explica que durante los últimos meses se ha trabajado duro para reanimar el proceso productivo.
Aprovechando las más de 40 medidas que se han aprobado en aras de facilitar la gestión de la empresa estatal, el primer paso fue gestionar un flujo de materia prima que permita trabajar ininterrumpidamente.
Hasta principios de año, recuerda Leduhan Menéndez, el resto de las forestales del país que extraen la resina de pino la exportaban directamente. Así que les propuso comprársela a un precio similar, con respaldo de liquidez.
De esa manera, se ha logrado que se encadenen con la industria, afirma.
La empresa pinareña también ha invertido una parte de sus ingresos en divisas, provenientes de otras actividades como la madera aserrada y el carbón, en la adquisición de insumos para asegurar el funcionamiento de la planta.
Es el caso de los 40 000 litros de combustible que hoy garantizan sin problemas el funcionamiento de la caldera o los bidones para envasar cien toneladas de producción terminada, siguiendo los estándares de calidad establecidos a nivel internacional.
«Antes, una empresa debía esperar a que le asignaran los recursos y a veces se demoraban muchísimo tiempo en llegar. Los tanques, por ejemplo, hacía años que no tenían respuesta», señala Menéndez.
«Ahora, en cambio, si usted tiene el dinero, puede hacer los contratos con los proveedores y comprarlas sin necesidad de esperar por nadie», agrega.
En estos momentos, el directivo asegura que se trabaja en la activación de un segundo tacho que nunca funcionó, con el objetivo de multiplicar por dos la capacidad de producción.
Con él, de 1,5 toneladas que hoy se pueden procesar diariamente, se espera llegar a tres.
AHUYENTAR LOS FANTASMAS CON ESTABILIDAD Y EFICIENCIA
Junto a las mejoras tecnológicas, que incluyen también el sistema de enfriamiento mediante electrobombas automatizadas, se han incorporado especialistas con experiencia en la rama industrial, y buscado incentivos para la fuerza laboral. En este sentido, se estableció un sistema de pago por rendimiento mucho más atractivo.
Otros proyectos, para una segunda etapa, prevén la introducción de nuevos equipos a fin de lograr un ciclo continuo que incremente los niveles actuales de producción.
No obstante, con las acciones que ya se han concluido o que se terminarán en breve, la planta pinareña estará en condiciones de dar un giro en su historia, y convertirse en un suministrador estable para las empresas cubanas que hoy acuden al mercado internacional, en busca de las materias primas que se obtienen en ella.
El fantasma de 30 años de tropiezos e interrupciones, sin embargo, sigue dejando un margen al escepticismo, que solo se podrá ahuyentar con resultados.
EN CONTEXTO
- La extracción de la resina de pino comenzó a desarrollarse en Cuba con fines productivos en 1985, en áreas de las empresas forestales de Pinar del Río.
- La provincia ha mantenido, desde entonces, la supremacía en esta actividad a nivel nacional.
- La extracción de la resina de pino se realiza en plantaciones adultas, entre dos y tres años antes de que corresponda talarlas.
- El rendimiento promedio anual de una hectárea es de dos toneladas (cuatro kilogramos por árbol).
- De una tonelada de resina se obtiene el 70 % de colofonia y hasta un 15 % de aceite de trementina.
- En 2021, en Cuba se deben obtener alrededor de 400 toneladas de resina, pero el potencial del país es muy superior.
- Cientos de miles de árboles llegan todos los años a los aserríos sin haber sido resinados.