Santiago de Cuba lleva en el lado más querido de su pecho de ciudad a los mártires del alzamiento del 30 de noviembre y, 65 años después, los abraza sabiéndolos vivos. Este martes, la Ciudad Héroe se ajustó otra vez el brazalete rojo y negro, en homenaje sentido a quienes aquel día de 1956 se levantaron en nombre de la libertad.