El 26 de noviembre la OMS declaró “variante de preocupación” la nueva cepa del SARS Cov 2 descubierta en Sudáfrica.
Al momento de publicarse esta nota se reportan casos de la B.1.1.529, hoy llamada Omicron, en Sudáfrica, Namibia, Botswana y otros países africanos, Hong Kong, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Italia, Bélgica y República Checa, mientras Austria y Francia analizan casos sospechosos. Es cuestión de días que otros países reporten la presencia de la cepa en su territorio.
Días atrás comenzó una nueva escalada de medidas de control de fronteras, que Sudáfrica y otras naciones afectadas han considerado desproporcionada. Estados Unidos, Canadá y varios países europeos han cerrado para siete países africanos en los que se ha reportado la cepa (Lesotho, Botswana, Zimbabwe, Malawi, Mozambique, Namibia y Eswatini). Israel anunció el cierre total a los no residentes y Reino Unido retomó protocolos como la realización de PCR al segundo día de llegada y el uso obligatorio de mascarillas en locales cerrados.
¿Qué hace que preocupe tanto esta cepa? Su cantidad de mutaciones. ¿Es más transmisible? ¿Más letal? ¿Es resistente a las vacunas o a los anticuerpos de infecciones previas de COVID-19? Para estas preguntas hay algunas respuestas; otras se espera que lleguen pronto a medida que avancen los estudios de la nueva variante.
Efectividad de la respuesta inmune ante Omicron
De acuerdo con el biólogo cubano Amilcar Pérez Riverol, “Omicron tiene una constelación de mutaciones en la proteína S (32) y en el RBD (10). Es la primera variante en reunir 9 mutaciones importantes que hasta ahora solo habían sido identificadas por separado en otras variantes de preocupación.
Estas mutaciones son relevantes porque la mayoría de las vacunas en uso se basan en la proteína S o, en el caso de las cubanas, en el RBD. Si estas zonas se modifican mucho, la efectividad de las vacunas podría disminuir, comenta Riverol en Twitter, insistiendo en que esta es solo una posibilidad.
Además, la respuesta inmune de quienes padecieron la COVID-19 también podría afectarse. “La evidencia preliminar sugiere que puede haber un mayor riesgo de reinfección con Omicron (es decir, las personas que previamente han tenido COVID-19 podrían reinfectarse más fácilmente con Omicron), en comparación con otras variantes de preocupación, pero la información es limitada”, reconoce la OMS.
Esta respuesta de las defensas del organismo se dirige en lo fundamental contra las mismas proteínas (S y RBD) que presentan mutaciones en la nueva variante del virus. “Otra vez, si ambos cambian mucho, disminuye la capacidad de reconocerlos (neutralizar) de nuestros anticuerpos”, explica Pérez Riverol.
Por lo anterior, Omicron tiene alto potencial de escape inmunológico, pudiendo superar en estos términos a la variante Beta. Sin embargo, el experto no cree que Omicron “pueda evadir completamente la respuesta inmune y por tanto eliminar la efectividad de las vacunas, que cabe recordar no solo depende de la respuesta de anticuerpos neutralizantes, sino también de la inmunidad celular”.
El especialista adelantó que la respuesta a esta pregunta se podrá tener muy pronto, pues los sueros de pacientes que superaron la COVID-19 o de vacunados están siendo evaluados con Omicron.
En Sudáfrica menos de la mitad de los casos de Omicron analizados habían recibido una vacuna anti COVID-19; “pero los síntomas son muy leves y son los mismos para ambos, vacunados y no vacunados”, explica la doctora Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación de Médicos de Sudáfrica y miembro del grupo de trabajo de salud del Gobierno y quien descubrió la nueva variante.
“Las vacunas siguen siendo fundamentales para reducir las manifestaciones graves de la enfermedad y la muerte, incluso contra la variante circulante dominante, Delta”, recuerda la OMS. “Las vacunas actuales siguen siendo eficaces”, insiste el organismo.
La Unión Europea tiene el 67 % de la población vacunada con dos dosis, Estados Unidos el 58 % y África el 6 %, debido a problemas de distribución por un lado, y resistencia a vacunarse por otro. Para fines de 2021, los países ricos tendrán 1.200 millones de dosis sin usar en el refrigerador, según Airfinity, una empresa de análisis con sede en Londres. De estos, 50 millones que vencen en diciembre se desecharán.
¿Omicron es más contagiosa o letal?
Todavía no está claro si Omicron es más transmisible en comparación con otras variantes, incluida Delta, explica la OMS en su reporte más reciente sobre la nueva variante. “El número de personas que dan positivo ha aumentado en las áreas de Sudáfrica afectadas por esta variante, pero se están realizando estudios epidemiológicos para comprender si se debe a Omicron u otros factores”.
La doctora Coetzee describe los síntomas reportados hasta el momento: “cansancio, dolor de cabeza, picor de garganta, leve resfriado. (…) Hasta ahora, ningún paciente de Omicron ha sido hospitalizado. No hemos visto efectos graves”.
“No se alarmen, los síntomas son muy leves. (…) Se han recuperado todos con velocidad, entre dos y cinco días”, insiste Coetzee, a partir de los casos estudiados en Sudáfrica hasta el momento. La OMS, más cautelosa, declara que “comprender el nivel de gravedad de la variante Omicron llevará de días a varias semanas”.
Riverol afirma que dentro de la constelación de mutaciones de Omicron hay varias que han sido descritas como clave para la evasión inmunológica (E484, G446, K417, Q493) pero también en el aumento de la contagiosidad (N501Y, S477N, Q498R, R203K, G204R). Por otra parte, las mutaciones en la proteína S y particularmente en el RBD pueden aumentar la capacidad de entrada a nuestras células. Así, Omicron podría ser más contagiosa; pero hasta el momento no se ha demostrado que lo sea.
En cuanto a lo que implica el gran número de mutaciones de Omicron, la doctora Coetzee confirma: “Es esto lo que nuestros científicos están tratando de comprender. Ahora no lo sabemos. Nadie lo sabe. Dentro de las próximas dos semanas probablemente tendremos respuestas”.
Variantes de COVID-19 y sus clasificaciones
De acuerdo con la OMS, todos los virus cambian con el paso del tiempo. Estas variaciones pueden representar escaso o nulo efecto en sus propiedades, en la mayoría de los casos, pero también pueden tener efectos relevantes. La facilidad de propagación, la gravedad de la enfermedad asociada o la eficacia de las vacunas son algunas de las propiedades propensas a variar con las mutaciones.
Desde 2020, la OMS ha monitoreado la evolución del Sars-COV- 2 y ha propuesto dos clasificaciones para sus variantes: Variante de interés (“variant of interest” o VOI) y variante de preocupación (“variant of concern” o VOC). Según estas clasificaciones, las autoridades sanitarias y Gobiernos pueden priorizar el seguimiento y la investigación a escala mundial y orientar su respuesta a la pandemia.
Cuando la OMS clasifica una variante como de interés o preocupación, le asigna una letra del alfabeto griego. “Buscamos denominaciones para los VOI y los VOC que fueran fáciles de pronunciar y no generasen estigmas”, explica la página oficial de la organización.
Además de la Omicron hay otras cuatro “variantes de preocupación”: Alfa (primero detectada en el Reino Unido), Beta (también en Sudáfrica), Gamma (Brasil) y Delta (India). De acuerdo con la OMS estas variantes presentan un “aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la COVID-19; o aumento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad; o disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública o de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles”.
Las variantes de interés en este momento son Lambda (Perú) y Mu (Colombia). Estas presentan “cambios en el genoma que pueden afectar la transmisibilidad del virus, la gravedad de la enfermedad que causa y su capacidad para escapar a la acción del sistema inmunitario, ser detectado por medios diagnósticos o ser atacado por medicamentos. Estas variantes dan lugar a una transmisión significativa en medio extrahospitalario o causan varios conglomerados de COVID-19 en distintos países, ocasionando números cada vez mayores de casos con el tiempo”, confirma la OMS.
Recomendaciones a países y personas
Ante la emergencia de esta nueva variante, el organismo internacional recomienda a los Estados mejorar la vigilancia y secuenciación de los casos; compartir secuencias de genomas en bases de datos disponibles públicamente, como GISAID; notificar casos iniciales o grupos a la OMS; realizar investigaciones de campo y evaluaciones de laboratorio para comprender mejor si Omicron tiene diferentes características de transmisión o enfermedad, o si afecta la efectividad de las vacunas, la terapia, el diagnóstico o los protocolos de seguridad y salud pública.
OMS recuerda que es “de vital importancia” que se aborden “con urgencia las desigualdades en el acceso a las vacunas COVID-19 para garantizar que los grupos vulnerables en todas partes, incluidos los trabajadores de la salud y las personas mayores, reciban su primera y segunda dosis, junto con un acceso equitativo al tratamiento y al diagnóstico”.
En cuanto a medidas individuales, las más eficaces continúan siendo mantener distancia física de al menos 1.50 metro de los demás; usar mascarilla; favorecer la ventilación; mantener la higiene de las manos y vacunarse.