La firma surge en la antigüedad y es uno de los rasgos más distintivos que acompaña a los hombres desde que inventó la escritura. Procede del latín firmare (volver firme, sólido, seguro) y este del adjetivo firmus (firme, sólido, estable). [1] Por lo que la firma constituye la voluntad firme, sólida e invariable de una persona con lo expresado en un documento que decide rubricar. Su suscripción tiene valor legal y su falsificación constituye un delito en la mayoría de los códigos penales del mundo.
Cooperativas no agropecuarias en Cuba: pocas y diversas
La capital cubana concentró 42 % de las 71 cooperativas no agropecuarias aprobadas en Cuba desde septiembre del 2021 hasta diciembre del 2023. En La