Si indagamos lo que los medios digitales hegemónicos, serviles a los centros de poder capitalista mundial, o los no tan hegemónicos, pero con la misma línea editorial, están informando sobre la realidad cubana, una matriz de opinión prevalece: «un grupo de opositores cubanos convocó a una manifestación espontánea, pacífica, y el gobierno escala en las acciones de represión contra ellos». Tres elementos claves conforman esta matriz: un «simple grupo de oposición», una manifestación que es «pacífica» y un gobierno que es «violento» y «represor».
Sin embargo, estamos ante una manipulación de nuestra realidad. En primer lugar, no se trata de un simple grupo de opositores. Según la evidencia que existe, son personas que trabajan para un gobierno extranjero, con el fin de echar a andar una agenda golpista para cambiar el sistema político.
Videos, audios, fotos y las propias declaraciones de los convocantes en sus redes sociales, muestran que han recibido apoyo y asesoría de grupos terroristas de Miami, por ejemplo, la Fundación Cubano Americana, cuyos métodos e intenciones contra la Isla son mundialmente conocidos. Se han reunido con militares del ejército estadounidense. Han sido formados y han mantenido vínculos con organizaciones tapaderas de la CIA.
La convocatoria ha sido apoyada por sectores de una derecha violenta e intervencionista. Quienes alberguen dudas de la manera en que esta marcha sería funcional a la pauta injerencista del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba, solo deben consultar las declaraciones del Asesor principal para Latinoamérica del presidente estadounidense, Joe Biden, amenazando a nuestro país con nuevas sanciones si nuestras autoridades no autorizasen esta manifestación.
Visto así, no estamos entonces ante una marcha pacífica. Se trata de una acción desestabilizadora que busca crear las condiciones adecuadas para la reinstauración del capitalismo y la intervención de Estados Unidos en nuestros asuntos internos. De ese modo, el Gobierno cubano no está actuando en contra de la ley cuando niega a los convocantes el derecho a manifestarse: está actuando dentro de un marco de legalidad y amparado por la Constitución, ampliamente discutida y apoyada por la mayoría de los cubanos.
Habría que ver, en los países donde radican estos medios digitales hegemónicos, cuál sería la reacción de las autoridades si un grupo de personas, trabajando para un gobierno extranjero, echasen a andar una agenda golpista. Sobran los videos que muestran la violencia con que son tratados los grupos que se manifiestan contra el sistema alrededor de todo el orbe, incluso en las «democráticas» ciudades europeas.
Pero no solo respecto a eso erran los medios reaccionarios cuando abordan la realidad cubana. Están también desconociendo hechos de gran significación que están teniendo lugar en Cuba en estos momentos. Con vacunas propias, el país avanza en un esquema de inmunización que permitirá esa garantía en defensa de la vida de todas las cubanas y los cubanos, incluyendo niños y niñas.
Este acontecimiento, que algunos tildan de estar siendo usado por el Gobierno cubano para hacer propaganda política, no es retórica ni consigna. Son dosis que salvan a personas reales y marcan la diferencia en cuanto a la posición de soberanía biotecnológica que ha conseguido Cuba, a pesar de ser un país subdesarrollado económicamente y estar injustamente bloqueado. Solo el socialismo puede explicar semejante proeza.
El escándalo mediático que han montado respecto al día de hoy, busca ocultar esta realidad, mientras inventan otras. Pero lo cierto es que cientos de miles de niñas y niños están regresando a las escuelas en un ambiente de paz y seguridad social. Son esos los derechos efectivos que serían barridos si permitiésemos que con convocatorias como la del 15 de noviembre se desestabilizara el país y se pusiera en riesgo el camino de hacer cada vez mejor nuestro socialismo.
Por eso, nuestra marcha será siempre en defensa de la soberanía de nuestra Patria. Una Patria que siga siendo libre y segura. La marcha del 15 de noviembre, más allá de lo que digan los medios voceros de la derecha internacional, siempre ha estado destinada a ser un fracaso, porque no se inscribe en la fuerte tradición de justicia y libertad del pueblo cubano.
