Incrementar la bioprotección de las crianzas avícolas y el monitoreo serológico de aves de corral basado en consideraciones de riesgo, son algunas de las acciones del Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa) para la prevención y control de la influenza aviar en Cuba.
Como parte de las medidas, el Ministerio de la Agricultura explica que es de suma importancia la capacitación del personal, así como garantizar los preparativos para dicho control.
Ante el riesgo de la influenza aviar (IA), tuvo lugar recientemente una reunión del grupo técnico nacional de Salud Avícola, con la participación de expertos de otros organismos, para evaluar las trabajos convenientes durante el periodo migratorio.
En ese lapso de tiempo, entre octubre y marzo, transitan por Cuba o hacen estancia diversas especies de aves migratorias, con lo cual aumenta el riesgo de ocurrencia de la IA.
En la mencionada reunión se presentaron los resultados de un estudio sobre conocimientos y las prácticas y actitudes de riesgo para la exposición a virus influenza aviar en cazadores de aves silvestres.
Precisa la nota del organismo que dicha investigación reveló la necesidad de mejorar la comunicación del riesgo en este estrato de población, con énfasis en medidas de prevención, como el uso de alcohol para la desinfección regular de las manos, no trasladar las aves silvestres cazadas para ser faenadas en la casa y mucho menos alimentar otras especies con las vísceras crudas de las aves silvestres.
Según expertos, la influenza aviar (IA) figura entre las enfermedades de mayor impacto para la avicultura mundial. Las aves silvestres acuáticas son el principal reservorio de los virus influenza tipo A y, dada su naturaleza migratoria, pueden dispersarlos a grandes distancias, incluso, entre continentes.
En contacto con las aves de corral, estos virus pueden evolucionar rápidamente y causar una alta mortalidad. De ahí la necesidad de extremar las medidas para evitar el contacto directo o indirecto de las aves de corral con aves silvestres.
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