En la segunda edición de la Bienal de Artes Visuales, Fayad Jamís, compitieron unas 37 obras
Alexander Hernández Chang, uno de los artistas premiados en la II Bienal de las Artes Visuales, Fayad Jamís, realizada en Sancti Spíritus. (Foto: Uneac)
Como muestra de la pluralidad de las expresiones creativas de gran parte de la región central de Cuba, se erige la II Bienal de Artes Visuales Fayad Jamís, convocada por el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Sancti Spíritus.
Creadores de este territorio y residentes en Villa Clara, Ciego de Ávila y Cienfuegos se dejaron seducir por la convocatoria, que premió lo más significativo entre las diversas piezas presentadas en formato virtual.
En el acta del jurado, integrado por el crítico de arte Maikel José Rodríguez Calviño, Ángel Orestes Fernández (Ández), artista cienfueguero, y Hermes Entenza Martínez, creador espirituano, reza que todo lo que llegó al encuentro fue de altísima calidad y los propios especialistas sugirieron que debería mostrarse en las galerías de las provincias asistentes.
Tras varios análisis, se confirió el premio especial a Luisa María Serrano por su tríptico No tengo tiempo para ceremonias, al mostrar elementos de conflicto de la sociedad desde la muy íntima interpretación de la autora.
Mientras, se decidió otorgar tres lauros en igualdad de condiciones a Laura Vaillant Agramonte por No toques mi alma; Juan Carlos Lage López por el dibujo Contemplador de bosques, perteneciente a la serie Retiro, y a Alexander Hernández Chang por la instalación Fe, de la serie Arte sacro.
Sobre esos dos últimos reconocimientos, sus autores coincidieron en la manipulación del tema que toman como pretexto:
“Hice la pieza antes de la pandemia y la guardé —cuenta Lage López—. Coincidió que esta etapa nos hizo retirarnos para protegernos física y mentalmente. Desde el punto de vista estético responde a los presupuestos conceptuales de las escuelas asiáticas de pintura y dibujo. Una composición muy al límite”.
“En mi caso es una instalación, donde retomo la estética del arte conceptual y está relacionada con la necesidad de fe de los seres humanos. La pieza muestra un mueble que encontramos en las iglesias, donde la persona puede inclinarse a pedir, pero al mismo tiempo no puede. Es una contradicción”, acotó Hernández Chang.
El jurado de la II Bienal de las artes visuales Fayad Jamís también coincidió en entregar menciones a Daniel Antón Morera por el tríptico Pijamada en la terminal; a Moisés Bermúdez por la instalación Topografía del corazón roto y a Alain Fernández por Free border.
Aunque con solo dos ediciones, este evento ya tiene convocatoria y de mantenerse puede ser un referente desde Sancti Spíritus a las artes visuales del país.
