Estados Unidos rechazó las acusaciones del régimen cubano de estar implicado en la Marcha Cívica por el Cambio, prevista para el próximo 15 de noviembre en varias ciudades de la isla.
“Lo que hemos visto en Cuba desde el 11 de julio, lo que sospecho que veremos a mediados del próximo mes (…), no es una demostración de los deseos del Gobierno de los Estados Unidos”, afirmó el martes Edward “Ned” Price, portavoz del Departamento de Estado.
El alto funcionario de la administración Biden, dijo en conferencia de prensa que durante los últimos meses “el pueblo cubano está expresando sus preocupaciones sobre la libertad, sobre la democracia y los fracasos de ese mismo régimen para satisfacer sus necesidades”.
El 24 de octubre Miguel Díaz-Canel, presidente designado por el general Raúl Castro, dijo en la clausura del II Pleno del Partido Comunista que en Cuba “hay suficientes revolucionarios para enfrentar cualquier tipo de manifestación que pretenda destruir a la Revolución”.
El mandatario, que atribuye a Estados Unidos responsabilidad en las manifestaciones pro democracia de los últimos meses, dijo: “¡Que sepan los imperialistas que van a tener que luchar contra un pueblo que no se deja engañar, un pueblo suficientemente numeroso, valiente y heroico para luchar al que no le asustan las amenazas!”.
En cambio, Price afirmó el martes que su gobierno apoya “los derechos del pueblo cubano y del pueblo en todas partes a ejercer sus libertades de expresión, su capacidad de reunirse pacíficamente”. Hizo un llamado al régimen castrista “para que respete estos derechos y no lo vea como un ataque sino como una oportunidad para escuchar a su propio pueblo y hacer lo que es correcto para los cubanos”.