El jeep avanza raudo por el terraplén que conduce a la finca Integral La Vigía, perteneciente a la Empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco en Mantua, Pinar del Río. Vamos por segunda vez tras el avance de un proyecto que promete dejar atrás conceptos mínimos en cuanto a la producción de alimentos.
“Pensar en grande, sin ideas de conucos”, dice Nelson Estrada, más conocido por Tata, director de aseguramiento de la tabacalera de Mantua.
Ya en la sede de esa entidad habíamos conversado con el ingeniero y director, José Herrera Alvarodíaz.
Nos dimos a la tarea de contratar equipos de desmonte a empresas que realizan estos servicios. Hay alrededor de 60 hectáreas listas, de las más de 140 que queremos recuperar en el municipio. Cuando lleguen a La Vigía se darán cuenta de lo serio que es este esfuerzo por la alimentación de la gente.
Y no se equivocó, porque el asombro es grande después de tantos años con la monótona y poco esperanzadora visión del marabú. En la distancia se escucha el sonido de la maquinaria. Bulldozers de fabricación alemana, con elevada potencia, no solo barren el marabú, también van por las raíces.
El problema de siempre- refiere Nelson- es que se dejaban los troncos y no se plantaba rápido. Entonces el arbusto regenera y, prácticamente, devora los cultivos”.
Nelson Estrada (Tata), director de aseguramiento Empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco en Mantua
Grandes extensiones de tierra virgen descubren el rojo vino empapado en nitrógeno -único regalo de la planta espinosa- cubierto de plátano y yuca con hojas de extremo verdor.
“Tenemos la misión de cumplir con una buena parte de las 63 medidas establecidas por el estado para la producción agrícola, dice Tata, y lo estamos haciendo con seriedad y mucho esfuerzo”.
Y en verdad se ha limpiado tanto que el cercano mar con la línea de mangles y patabanes, ahora es visible desde las colinas. Al parecer, esta vez no quedará la historia en miles de litros de diésel gastados en el desmonte de La Vigía, porque la siembra llegó detrás.
Comenzamos inmediatamente, -prosigue Estrada- por el momento hay 20 hectáreas listas para plantar y siete ya recibieron la cimiente. De ellas, cuatro son de frijoles, y en las demás se siembra y crecen el plátano y la yuca.
Es buena decisión sembrar piña, labor que realizan los sindicatos con obreros movilizados. Parte de los 20 000 plantones ya están en la tierra.
Nos hemos propuesto venir todos los días con una representación de los centros de trabajo, es el aporte conque podemos corresponder a este esfuerzo que realizan los compañeros de la Tabacalera.
Alain Barrios, funcionario de la Central de Trabajadores de Cuba en Mantua
En medio de la finca La Vigía, se perfila un espejo de agua. Miles de metros cúbicos cuya función, hasta hace unos días, fue exclusivamente la del riego. Hoy alberga alevines para fomentar la acuicultura.
“23 millones, para ser exactos, refiere el director de aseguramiento, y también estamos construyendo los módulos pecuarios para tener carneros, chivos y aves, porque si el asunto es en grande, entonces tiene que tener de todo”.
Donde estuvieron los canteros tecnificados, la idea se torna más ambiciosa. “Aquí estarán las casas de cultivos semiprotegidos, afirma el obrero, Israel Soto Fors, porque las posturas, las hortalizas y demás se dan mejor con la regulación solar».
Mantener todo lo que percibe la vista, no será fácil. Combustibles, fuerza de trabajo, maquinaria…
“Se mantendrá con buenas estrategias y con voluntad, afirma Nelson Estrada. También con la ayuda de todo el pueblo que viene y seguirá viniendo para cultivar la comida que llegará al mercado, y de ahí para las familias”.
Por el momento reina la satisfacción. El recuento muestra una finca en verdad, grande, sin marabú, plantada de viandas, frutas y granos donde florecen las iniciativas vinculadas a la tierra.
Y aunque es muy pronto para recoger frutos, reconforta la visión de obreros y jefes de, La Vigía y, sobre todo, el cambio de mentalidad, enterrador del conformismo en un territorio agrícola que debe regresar a sus niveles habituales de producción.