En este sentido, resaltan las 243 medidas aprobadas desde el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) para reforzar ese cerco y restringir la entrada de divisas al país caribeño, disposiciones que permanecen inmutables en la gestión del actual mandatario, Joe Biden.
Engrosan la lista las limitaciones a los viajes de ciudadanos estadounidenses, obstáculos para el comercio exterior, las exportaciones y el envío de remesas, así como campañas de descrédito y la suspensión de los vuelos a los aeropuertos cubanos, con excepción de La Habana.
Bajo el pretexto de incidentes de salud reportados por diplomáticos estadounidenses aquí, para los que la ciencia no ha encontrado causa e informes del Departamento de Estado norteamericano revelaron mal manejo gubernamental, cerraron los servicios consulares en la capital caribeña.
Esa decisión influyó en la suspensión del programa de reunificación familiar y el otorgamiento de visas orientadas a las visitas y la migración ordenada y segura, pues los cubanos están obligados a viajar a terceros países para todos sus trámites, lo cual incrementa los costos sin certeza de una aprobación.
La inclusión de Cuba entre los Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo y no cooperan con los esfuerzos de Washington en esa área, refuerzan el legado del 45 ocupante del despacho oval.
Rodríguez recordó que el territorio insular, con el 70,9 por ciento de la población vacunable ya inmunizada contra la Covid-19, alista los preparativos para abrir sus fronteras el próximo 15 de noviembre, proceso que dinamizará la economía.
En ese contexto, Juan González, principal asesor para Latinoamérica de Biden, recientemente ratificó el apoyo de la Casa Blanca a intentos de desestabilización en territorio cubano y amenazó con nuevas sanciones a La Habana si no se permitía una marcha anticonstitucional convocada para noviembre aquí.
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