LA HABANA, Cuba. – Esta semana las peticiones fiscales contra los manifestantes del 11J en Cuba demuestran más ensañamiento que el que demostró la Policía en las calles golpeando o tirando a matar el 11 de julio y los días posteriores. Las condenas no solo son de escarmiento, sino que van contra las personas que parecen no haberse rendido, contra las que fueron salvajemente golpeadas y están dispuestas a seguir denunciando lo vivido.
Hace apenas 48 horas, se hizo público en redes sociales que a las hermanas Angélica y María Cristina Garrido Rodríguez les pedían 12 y 15 años. A ambas les dieron tantos golpes que las desmayaron en más de una ocasión y, por si fuera poco, las llevaron a celdas de castigo para que callaran.
A las gemelas Lisdany y Lisdiany Rodríguez Isaac les piden 10 años de privación de libertad en una conjunta de dos cargos de desacato y atentado, instigación a delinquir y propagación de epidemias. La madre no ha podido verlas, pero sabe que fueron golpeadas, aunque no se imagina cuánto o qué más pudo haberles pasado.
Pero en La Güinera, uno de los barrios habaneros que mayor pobreza padece y donde la Policía y las tropas de élite del régimen lo mismo sacaba a los manifestantes a patadas que a disparos, de madrugada, con perros, Yaquelín Castillo García se enfrenta a una petición fiscal de 20 años de prisión, mientras que Osvaldo Lugo Pita, Amaury Fernández Martínez, Lázaro Daniel Cremé Bueno, Juan Piloto Ferro y Luis Miguel Oña son amenazados con 21 años entre rejas.
A Germán Berrenechea Echeverría, Eris Diógenes Mejías, Juan Walberto Verdecia, Yurema Ramos Abad, Dayan Jesús Ramírez Rondón, Andrius López Fragosa, Jose Luis Castillo de la Torre, Arielvis Rill Baró, Mackyani Yosney Román Rodríguez les piden 25 años de privación de libertad.
También se ha podido acceder a la petición fiscal de Emiyoslán Román Rodríguez, quien tenía solo 17 años al ser detenido tras manifestarse el 12 de julio en La Güinera, y al que le piden 15 años de privación de libertad. Para su hermano, Yosney Emilio, los fiscales reclaman 20 años.
También están los acusados de sedición jóvenes negros y pobres en su mayoría.
Mientras a Elieser Gordín Rojas le piden 27 años, a Roberto Ferrer Gener, Santiago Vázquez León, Yosney Emilio Román Rodríguez, Carlos Luis Aguila Socarrás, Frandy González León, Adonay López López, Harold Michel Mena Nuviola, Jaimel Alcide Firdó Rodríguez, Alejandro Becquer Arias, Amaury Leyva Prieto, Julian Yasmany Díaz Mena, Raudel Saborín Gonzalez, Juan Carlos Morales Herrera, Eduardo Alvarez Rigal, Yasiel Arnaldo Cordova Rodríguez los quieren encerrar 21 años tras las rejas.
También por supuesta sedición, a Yenier Ibáñez Boudet le piden 18 años y a Nelson Néstor Rivero Garzón, Yensy Jorge Machado González, Frank Daniel Roy Sotolongo, Yassell Guerra Campos, Marcos Antonio Alfonso Breto y Emy Yoslan Román Rodríguez, 15 años.
Solo en La Güinera, por donde recientemente se paseó Miguel Díaz-Canel y donde fue recibido por una santera, llegaron a ser más de 100 los detenidos registrados.
Por otro lado, en las peticiones fiscales del Tribunal Provincial de Mayabeque se desglosan mejor los delitos, aunque ni siquiera así se pueden analizar con claridad.
A Maykel Puig Bergola pretenden imputarle una conjunta de cinco acusaciones entre las que se encuentra “asesinato tentado” y que suma 25 años de privación de libertad. A Mariuska Díaz Calvo, 20 años; a Noslen Roque Cordero, 18 años; a Yanier Santana Díaz, 15 años.
A dos manifestantes más, Dunieski Ruiz Cañizares y Noel Martínez Tápañez, los pretenden condenar a cuatro y ocho años, respectivamente. Todos aparecen en el expediente 388/2021, aunque no se conocieran previamente, no hubiesen cometido los supuestos delitos que se les imputan y sea ilegal conformar un registro judicial de manera tan arbitraria.
Esto es solo una muestra de por qué en Cuba no había mucho que celebrar tras la liberación de unos pocos y las multas de otros. Los que no son tan visibles se están llevando la peor parte: están acusados de un delito que implica tener acceso a armas o estrategias de organización que ninguno de ellos pudo haber tenido, o afrontan sanciones conjuntas donde se describen vagamente los delitos imputados, y donde se nota la ausencia de buena parte de la historia. En fin, se trata de sanciones desmedidas que si algo logran es asestar un golpe, de los más duros y trágicos, a la libertad.
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