El ingeniero químico David Alejandro Martínez Espinosa, profesor de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, fue expulsado de su puesto de trabajo por sus ideas políticas.
Al joven lo citaron a una reunión este 19 de octubre en la que le informaron la decisión, basada en la resolución 109 de 2021. El texto explica que por sus ideas políticas y activismo en redes sociales se le removía la categoría docente de Profesor Instructor y se cerraba su contrato.
“Se aprecia evidente recrudecimiento en sus ataques contra la revolución cubana y los valores que esta promulga, hacindose eco de falsas noticias sobre el escenario cubano actual y de sus dirigentes e incitando a la juventud cubana a una confrontación directa en contra de nuestro proceso social. Mediante sus expresiones públicas se define su pérdida de ideología en la revolución cubana lo que ha conducido al deterioro paulatino de su ejemplaridad y su condición como profesor instructor universitario”, detalla el documento.
En su defensa, Martínez Espinosa apeló al derecho de utilizar el perfil personal en Facebook para compartir las ideas que mejor lo representan y puntualizó que en sus clases no acostumbraba a hablar sobre estos temas con sus estudiantes. Sin embargo, la rectora Arelys Falcón Hernández le recalcó que los profesores cubanos trabajan en una Universidad Pública, por lo que deben acogerse a los “valores” del sistema socialista y quienes no lo hagan no pueden ejercer la docencia.
En declaraciones a El Toque, el joven explicó que “este tipo de desmanes demuestran el carácter dictatorial del régimen cubano, quien a través de la fachada de la institucionalidad académica y universitaria deja sin trabajo a un profesor por el simple hecho de disentir de las ideas políticas del gobierno, por criticar y promover los derechos cívicos y ciudadanos”.
El académico aseguró que recurrirá al órgano de justicia laboral de base, como primera instancia de apelación, y llegará hasta el último recurso porque entiende que ha sido víctima de discriminación por motivos políticos y no profesionales.
“Esto es lamentable, es la barbarie contra la civilización; vencerán, pero no convencerán”, dijo.
David Martínez es miembro del grupo Archipiélago y en los últimos días se ha hecho eco del llamamiento a marchar pacíficamente el próximo 15 de noviembre. También participó en la manifestación del 11 de julio en Cienfuegos y ha ratificado que esta medida no impedirá que continúe exigiendo el fin de la violencia y del acoso laboral, la libertad de los presos políticos y la instauración del diálogo nacional entre todos los cubanos.
En junio pasado el Observatorio de Libertad Académica denunció que Martínez Espinosa había sido víctima de acoso laboral y recibido amenazas de ser despedido por sus publicaciones en Facebook con mensajes de apoyo al Movimiento San Isidro (MSI) y al 27N, así como varias críticas al gobierno de Cuba.
El joven había comenzado a publicar sus comentarios luego de la huelga del MSI y el plantón frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre del 2020.
Las universidades en Cuba han sistematizado, como método de censura, las expulsiones, cierres de contratos o cambios de condiciones que obliguen a los profesores a renunciar a sus puestos por sus ideas políticas.
En algunos casos los directivos argumentan cuestiones ideológicas y en otros, esgrimen otras razones administrativas para la decisión, como el caso de Omara Ruiz Urquiola, profesora del Instituto Superior de Diseño (ISDi), expulsada de su puesto en 2019.
Anteriormente su hermano, el científico Ariel Ruiz Urquiola, también había sido expulsado como docente en la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.
Otros ejemplos son los del profesor de Derecho de la Universidad de La Habana, Julio Fernández Estrada, expulsado por sus publicaciones en la revista OnCuba; René Fidel González García, profesor de Derecho en la Universidad de Oriente, por sus publicaciones en Internet; Roberto Peralo, profesor en la Universidad de Matanzas, por sus textos en el blog La Joven Cuba; José Raúl Gallego, profesor de Periodismo en la Universidad de Camagüey, por colaborar con medios digitales independientes.
Otro de los casos es el de la estudiante de periodismo Karla María Pérez González, de la Universidad Martha Abreu de Villa Clara, expulsada por pertenecer al movimiento político Somos+. Actualmente la joven reside en Costa Rica, donde obtuvo la condición de refugiada política luego de que las autoridades cubanas le impidieran entrar al país.
“El que no se sienta activista de la política revolucionaria de nuestro Partido, un defensor de nuestra ideología, de nuestra moral, de nuestras convicciones políticas, debe renunciar a ser profesor universitario”, aseguró la viceministra primera de Educación Superior (MES) de Cuba, Martha del Carmen Mesa Valenciano, en un texto publicado en el portal del Ministerio en 2019 y republicado por medios oficiales.
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