Un proceso de intervención comunitaria en esa circunscripción del Consejo Popular Jesús María, del municipio de Sancti Spíritus, revitaliza la cotidianeidad de unos 2 700 vecinos
Los consultorios médicos se benefician con acciones constructivas. (Fotos: Oscar Alfonso/Escambray)
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La cotidianidad de la barriada de Agramonte, en la ciudad de Sancti Spíritus, vive hoy un dinamismo diferente. Es como si a ese populoso barrio le hubiesen multiplicado las energías. Y no es para menos: un proceso de intervención comunitaria en esa, la circunscripción 57 del Consejo Popular Jesús María, con más de 2 700 habitantes, ha sacudido problemáticas antiguas que preocupaban a la población y la solución ha encontrado luz.
Por ello, Claritza Sol Simón sonríe cuando se aborda el tema y más allá de las camas que les llegaron a sus nietos, quienes ahora duermen más desahogados y tranquilos, prefiere hablar de las buenas nuevas para bien de la comunidad.
“Los consultorios médicos del barrio se benefician con acciones constructivas, familias con diferentes situaciones sociales aquejadas de serios problemas constructivos en sus viviendas constatan las transformaciones del hogar, que será más seguro y confortable y hasta la bodega recibió mejoras para ser ahora más segura, bella y lista para un mejor servicio”, acotó.
Pero la intervención comunitaria liderada por el gobierno territorial y que cuenta con el apoyo de la población de la barriada de Agramonte va más allá.
Las huellas de deterioro del terreno de softbol desaparecen paulatinamente con el protagonismo de los trabajadores del deporte. Chapea, acondicionamiento del terreno de juego y pintura de los muros son labores de esta primera etapa de recuperación de la instalación.
Allí también se rescatará un muro de la cerca derrumbado y se crearán condiciones para lograr más seguridad al terreno de juego, que también hacía las funciones de pastizal para animales y de otras indisciplinas que amenazaban a la funcionalidad de la instalación.
Lo que fuera una sala de video, en desuso, será una academia de ajedrez; una cancha de voleibol nacerá en áreas aledañas al terreno de softball y verá la luz un nuevo gimnasio biosaludable.
Pero esas no son las únicas noticias. Si desandamos el interior de Agramonte, los moradores hablan de la instalación de nuevas lámparas para mejorar el alumbrado público, un viejo planteamiento, al decir de Luis García Rodríguez, delegado de la circunscripción, y que encuentra respuesta en la participación de entidades estatales, donantes de las luminarias, y de los vecinos, quienes aportaron otros materiales para la conexión de las luces.
Labores constructivas mejoran el mercado agropecuario que mejorará su infraestructura para asumir nuevos retos en la comercialización de productos agrícolas. También viejos problemas de alcantarillado están a punto de ver su solución.
La agenda gubernamental no se cierra. Hay realidades como el vial que llega hasta La Cuevita, comunidad de la circunscripción con unas 55 viviendas, en lista de espera. También las posibilidades de mejorar la urbanización del lugar y frenar de una vez las ilegalidades en materia de vivienda que crean, junto a los nuevos moradores, una situación tensa en la disciplina social, al decir del delegado.
Agramonte no es la única barriada que danza al compás de las intervenciones comunitarias. Estas se multiplican. Y esperemos que las soluciones a las añejas problemáticas también, dando curso además al mejoramiento de la calidad de vida de la población.
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El terreno de softball de la barriada de Agramonte recibe acciones para su recuperación total.