Los ojos a punto de dejar las órbitas, un maratón de carcajadas, o simplemente una risa en calma…la cuestión es que pasear por las páginas de la revista Palante es una experiencia arrolladora, ya sea porque determinado personaje de las historias allí contadas se nos asemeja tanto que parece que se inspiraron en nosotros o porque vemos reflejado el día a día de esta Isla caribeña.
Esa publicación, cuyos ingredientes extraordinarios no son otros que un lenguaje coloquial, una cubanía desbordante y un humor inteligente, arriba a sus seis décadas con la lozanía de los primeros años, venciendo contratiempos, actualizando sus formas de hacer, adaptándose al entorno digital y creando una revista Asidero de las más humanas preocupaciones de quienes vivimos en este pedacito de tierra, Palante se ha encargado –caricaturas y textos mediante, agrupados en diversas secciones- de no desconocer el rol político y social del humor, sino de incentivar en el público la observación y el examen constante de todo aquello que nos aqueja, inquieta o hace feliz dentro de la sociedad.
«Fiel a sus ideales fundacionales Palante festeja sus 60 con el orgullo de ser una de las publicaciones humorísticas más antiguas de Iberoamérica, patrimonio cultural de la nación y sobre todo, con la alegría de contar con el cariño entrañable de nuestros lectores», dijo Mercedes Azcano Torres, su actual directora, en la última edición de la revista.
Sin hacer concesiones políticas ni rendirse aun en las más difíciles circunstancias para los medios impresos del país, esa publicación junto sus artistas y creadores, ha sabido mantenerse y mantener su impacto en el público, siempre imbricando tradición y modernidad, lo cual le ha permitido no congelarse en el tiempo e ir a tono con los sucesos más relevantes de la cotidianidad nacional e internacional.
Asidero de las más humanas preocupaciones de quienes vivimos en este pedacito de tierra, Palante se ha encargado –caricaturas y textos mediante, agrupados en diversas secciones- de no desconocer el rol político y social del humor, sino de incentivar en el público la observación y el examen constante de todo aquello que nos aqueja, inquieta o hace feliz dentro de la sociedad.
Lejos del irrespeto, la burla y las ofensas, sin buscar la risa fácil sino llevar al razonamiento y mover la conciencia, ha recorrido a lo largo de seis décadas un camino auténtico dentro del «humor sano, popular, costumbrista y comprometido» y la sátira política y social, ganando cada vez más lectores.
Un discurso cuidado que deviene en arma valiosa a la hora de visibilizar las problemáticas sociales y analizar críticamente la realidad desde el humor, logrando mediante el equilibrio entre información y opinión, cronicar la cotidianidad de la Cuba revolucionaria, es una de las características fundamentales de la popularidad perdurable de la revista, que ya tiene sus espacios en las redes sociales y la web.
Por otra parte, convencidos sus creadores –desde la fundación misma- de que la imagen es el instrumento más eficaz para que la información llegue al lector, hicieron del componente gráfico un aliado imprescindible dentro de las creaciones de Palante. Destacan las caricaturas y dibujos como herramientas clásicas de la revista para transmitir los mensajes, hacer llamados de alerta y visibilizar problemáticas.
Precisamente, la cofradía entre texto e imagen lograda por la publicación durante todos estos años de entrega, resulta un atrayente entretenimiento para quienes deciden pasar bajo la mirada las páginas del mensuario, que a pesar de los cambios en la frecuencia de salida, nunca se ha detenido, sino que se reinventa cada vez.
La creatividad e imaginación de los artistas de Palante, dejan a los lectores con la satisfacción del goce ante cada nueva edición, dan ganas entonces de tener esas dotes de comunicador y el ingenio que jamás le ha faltado a quienes dejan su rúbrica en la revista.
Pero no es posible hablar de Palante sin mencionar a los fundadores. El equipo que en 1961 irrumpió en el panorama mediático de la Mayor de las Antillas con un humor siempre polémico, tenía a la cabeza al venezolano Gabriel Bracho Montiel (Bracho), y contaba además con Juan Ángel Cardi, Luis Wilson (Wilson), Antonio Mariño (Ñico), Rafael Gregorio Díaz (Felo), Francisco Blanco (Blanco), Miguel González (Miguelito) y Gustavo Prado (Pitín).
De igual forma, a lo largo de los años ha tenido el privilegio de sumar a esa lista de creadores, la firma de prestigiosas figuras foráneas y del patio, entre ellas el Héroe de la República Gerardo Hernández Nordelo, Juan Ángel Cardi, Chanito Isidrón, Leoncio Yanes, Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí), Francisco Garzón Céspedes, Héctor Zumbado, Bobby Salamanca, Viñas Alfonso, Betan, y muchos otros responsables de las sonrisas de millones de cubanos.
El colectivo que hoy camina firme por el sendero que trazaron sus indicadores, mantiene los valores legados y dota de una frescura singular a Palante, que cada vez se crece más.
