Recientemente quedó constituida la Comisión de Coordinación Nacional del Censo de Población y Viviendas 2022, presidida por el primer ministro, Manuel Marrero Cruz.
El anuncio de su realización para septiembre del año venidero (será el número 19), permite repasar la historia de estos eventos en la Isla y exponer algunos de sus hitos más sobresalientes.
Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), el primer censo reconocido en el país se efectuó en 1774 y 1775. Estuvo entre los primeros de Hispanoamérica, y la población registrada entonces fue aproximadamente de 171 620 habitantes.
Desde esa fecha y hasta el final del dominio español, tuvieron lugar otros siete en los años 1792, 1817, 1827, 1841, 1861, 1877 y 1887. Los censos de la etapa colonial tuvieron la característica de ser muy generales, pues solo recogían algunas características de la población y escasos aspectos económicos y sociales.
Como hecho curioso, vale mencionar el de 1841, cuando la cantidad de habitantes sobrepasó por primera vez el millón, al reportar 1 007 624.
Bajo la primera intervención de EE. UU., en 1899 se hizo el noveno levantamiento censal, cuya novedad resultó el empleo de mujeres en la tarea de enumeradoras, además de figurar en la relación de los primeros en el mundo en tabular los datos mediante tarjetas perforadas.
Considerado el primer Censo Nacional, abarcó las principales características de la población de Cuba en cuanto a sexo, edad, color de la piel, lugar de nacimiento y grado de instrucción, clasificadas por provincias, municipios y barrios. Sus resultados contribuyeron para confeccionar el registro electoral.
Ya en la etapa republicana hubo censos en 1907, 1919, 1931, 1943 y 1953. Si algo trascendió del último desarrollado en ese periodo histórico es que, por primera vez, apareció incluido el censo de viviendas.
Tras el triunfo de la Revolución, la cifra de levantamientos censales efectuados asciende a cuatro. El primero tuvo lugar en 1970, y los restantes en 1981, 2002 y 2012. Todos se han caracterizado por su elevada cobertura y calidad, así como por su madurez metodológica, organizativa y conceptual.
En opinión de los estudiosos del tema, el de 1970 marcó un antes y un después, no solo por la participación masiva de la población, incluidos estudiantes de diferentes niveles de enseñanza, y el respaldo total de los organismos del Estado, sino también porque usó cuestionarios diseñados básicamente por investigadores cubanos, la enumeración de las viviendas urbanas se realizó en apenas un día de labor, y reflejó los profundos y favorables cambios socioeconómicos experimentados en la nación.
Llama la atención que hasta el censo de 2002 siempre hubo más hombres que mujeres en Cuba, tendencia que se revirtió en 2012 cuando fueron contabilizados 5 570 825 varones, en tanto la cifra de hembras llegó a 5 596 500.
El Censo de Población y Viviendas constituye la investigación estadística más importante que realiza un país y una de las más trascendentes en el campo social, teniendo en cuenta la utilidad de sus resultados para procesos de dirección, toma de decisiones e investigación en un amplio abanico de temáticas vitales de la vida nacional.
