Si hay algo en lo que coinciden muchos científicos alrededor del mundo es en que, por ahora, hay que aprender a convivir con el virus.
Más de 185 millones de contagios y cuatro millones de muertes en todo el mundo ha causado la COVID-19 desde que fue clasificada como una pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Los científicos están cada vez más convencidos de que el coronavirus llegó para quedarse», afirman medios de prensa de todas partes.
Ante una encuesta de la revista Nature a más de cien inmunólogos, virólogos y expertos en Salud de todo el mundo a quienes se les preguntó si se podía erradicar el SARS-COV-2, más del 90 % dio una respuesta negativa. Hay evidencia, y es probable, que el coronavirus se convierta en endémico y continúe circulando en el mundo, dijeron los investigadores.
Muchos expertos, incluidos los cubanos, han advertido que las vacunas disponibles ahora mismo, en algunos casos, no previenen la infección, sino que hacen que la enfermedad sea menos grave, pero las personas vacunadas aún pueden transmitir el virus a otras. Por lo tanto, habrá COVID para rato…
MÁS RASTREO, MÁS TESTEO Y MAYOR VACUNACIÓN
El movimiento llamado «cero COVID», en Reino Unido, defiende la posibilidad de crear estrategias enfocadas en reducir el número de casos a cerca de cero en un territorio y mantenerlo así.
La profesora Devi Sridhar, experta en Salud Pública de la Universidad escocesa de Edimburgo, es uno de las defensoras de más alto perfil de esta teoría. En su opinión, cita cnn, deberíamos tratar a la COVID-19 como al sarampión, que ha sido mayormente eliminado en los países ricos.
Las vacunas, en teoría, son una nueva herramienta para alcanzar esto, como ha pasado con el caso del sarampión. No obstante, hay una falla significativa en este argumento, ha señalado la profesora Jackie Cassell, experta en Salud Pública de la Universidad de Brighton.
El sarampión, dice, es un virus «inusualmente estable», lo que significa que no cambia de una manera que le permita evadir el efecto de la vacuna.
Las controversias en torno a la pandemia no cesan; aunque hay coincidencias en cuanto a la necesidad de las naciones de
retomar el dinamismo económico de sus países, reforzando los rastreos de contactos, aumentando los test y priorizando la vacunación masiva.
PAÍSES QUE YA CONVIVEN CON LA COVID
Nueva Zelanda y Australia se encuentran entre las naciones que han logrado un determinado nivel de convivencia con la COVID-19, porque pudieron evitar que el virus se afianzara.
En Dinamarca, indica la bbc, el pasado 10 de septiembre finalizaron todas las restricciones. El Gobierno danés explicó que la COVID-19 ya no supone una «amenaza crítica para la sociedad». Más del 74 % de la población de Dinamarca está totalmente vacunada y los datos de nuevos contagios evidencian una tendencia descendente, indica el medio de prensa.
Singapur, en Asia, también decidió, desde junio, convivir con la COVID-19. Ha asumido que la enfermedad probablemente «nunca desaparecerá» y, para contenerla, se implantó una fuerte red de testeo y una campaña de vacunación que ya ha llegado a más del 80 % de la población.
Sudáfrica, que estuvo entre los países más estrictos del continente africano, redujo el toque de queda y permite la confluencia de personas en actos culturales o deportivos, aunque su población vacunada ronda el 25 %. Poseen las suficientes dosis de la vacuna para cubrir a la población adulta, señala BBC.
Chile, con casi el 87 % de los ciudadanos vacunados, ha manifestado la intención de reactivar el turismo extranjero siempre que los viajeros cumplan ciertos requisitos y se aíslen cinco días desde su llegada.
España, ha dicho el diario El País, avanza hacia la «vieja normalidad». Los estudiantes han vuelto masivamente a las aulas y, desde el punto de vista gubernamental, se aspira a que los funcionarios abandonen el teletrabajo el 1ro. de octubre.
De forma paulatina, sin grandes desescaladas y cada comunidad a su ritmo, el 75 % de los españoles han completado la pauta de las vacunas.
The New York Times en un artículo de hace unos meses sobre lo que sería la nueva normalidad global la definió como «un mundo de cierres parciales y confinamientos intermitentes».
En The conversation agregan: el problema fundamental de las pandemias es el colapso del sistema sanitario y del sistema social. De acuerdo con este medio especializado, una vez controlada la fase crítica que causa dicho colapso, la vida normal se adaptará al nuevo contexto y volverá a prevalecer.