LA HABANA, Cuba.- Formando parte de la delegación cubana que asiste en México a las actividades por el 211 aniversario del Grito de Dolores se halla el general de brigada Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, el zar de las empresas militares que controlan el negocio turístico en Cuba. Se trata de su primera aparición pública tras la sorpresiva selección que lo llevó en abril pasado a integrar el selecto Buró Político del gobernante Partido Comunista de Cuba.
El comunicado oficial acerca de la composición de la comitiva que encabeza el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez tampoco deja de sorprendernos, pues califica a López-Calleja como asesor del presidente, un calificativo no empleado hasta ahora para nombrar al poderoso miembro del clan de Raúl Castro.
Entonces resulta evidente que, más allá de lo que plantea el discurso oficial en el sentido de que el objetivo de la visita es consolidar las relaciones con el país azteca, así como participar en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) -donde el castrismo, como es lógico, apoyará el intento de desbancar a la OEA como mecanismo de integración regional-, los gobernantes cubanos buscarán el filón económico que esta visita pudiera proporcionarles.
El señor López-Calleja tratará por todos los medios de promocionar el destino turístico cubano, muy decaído en los dos últimos años debido en gran medida a la pandemia del coronavirus, pero también afectado por las insuficiencias logísticas que ha presentado la industria del ocio en la isla.
De más está decir que el castrismo espera que el próximo arribo masivo de turistas internacionales a Cuba aporte los ingresos que necesita la isla para mantener a flote su depauperada economía, sobre todo ahora cuando muchas de las brigadas médicas que operaban en el exterior, y que generaban no pocos ingresos en moneda dura, han tenido que regresar para atender a los muchos cubanos que se debaten entre la vida y la muerte como consecuencia de la terrible pandemia.
Mas tampoco sería descabellado imaginar que López- Calleja, en su condición de asesor económico y financiero del mandatario, trate de recomponer las relaciones comerciales con México, las cuales han conocido de un retroceso en los últimos tiempos, según las cifras contenidas en el Anuario Estadístico 2020, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
En el año 2018 las exportaciones de mercancías cubanas a México ascendieron a 23 millones 941 mil pesos. Al siguiente año la cifra disminuyó a los 17 millones 114 mil pesos; y ya en el 2020 las ventas cubanas solo llegaron a 15 millones 735 mil pesos.
En cuanto a las importaciones cubanas, la caída también resulta elocuente. En el 2018 fueron de 513 millones 265 mil pesos. En el 2019 bajaron a los 450 millones 837 mil pesos; y en el pasado 2020 apenas llegaron a los 323 millones 803 mil pesos. Nótese el enorme déficit comercial de Cuba con la nación azteca, que solo en el trienio analizado llegó hasta los 1 231 millones de pesos.
Este acompañamiento de López-Calleja al mandatario en su periplo mexicano confirma la alta jerarquía del zar de las finanzas militares en el aparato económico del castrismo. Todo hace indicar que está por encima de Alejandro Gil, Ricardo Cabrisas y Joel Queipo.
La importancia que la cúpula del poder le confiera a esta visita quedó patentizada en las imágenes que la televisión cubana mostró de la despedida de Díaz-Canel en el aeropuerto de La Habana. Allí el general Raúl Castro le impartía las últimas instrucciones al flamante Presidente de la República.
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